el Ángel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que en ellos sobreviva mi nombre y el nombre de mis antepasados, Abrahán e Isaac, y se multipliquen y crezcan en medio de la tierra'.
Proverbios 12:13 - Biblia Castilian 2003 El perverso se enreda en la culpa de sus labios, pero el justo escapa a la asechanza. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; Mas el justo saldrá de la tribulación. Biblia Nueva Traducción Viviente Los perversos quedan atrapados por sus propias palabras, pero los justos escapan de semejante enredo. Biblia Católica (Latinoamericana) El malvado queda atrapado en sus propias artimañas, el justo se libra de cualquier problema. La Biblia Textual 3a Edicion En la falsedad de sus labios se enreda el malvado, Pero el justo saldrá de la tribulación. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El perverso se enreda en la culpa de sus labios, pero el justo escapa a la asechanza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; mas el justo saldrá de la tribulación. |
el Ángel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que en ellos sobreviva mi nombre y el nombre de mis antepasados, Abrahán e Isaac, y se multipliquen y crezcan en medio de la tierra'.
Pero David respondió a Recab y a su hermano Baaná, hijos de Rimón de Beerot, y les dijo: '¡Por vida de Yahveh que me ha librado de toda angustia!
Y el rey Salomón juró por Yahveh: '¡Esto me haga Dios y esto otro me a ada si a Adon as no le cuestan la vida estas palabras!
Cercano al afligido está el Se or, Qof él levanta al de esp ritu abatido.
Hazlos, oh Dios, morir, y que mi pueblo no lo olvide, en tu poder dispérsalos, derr balos, Se or, nuestra defensa.
Las palabras de sus labios son siempre pecado, son presa del orgullo, y perjurio y traición es lo que hablan.
La lengua de los sabios difunde la ciencia, la boca de los necios mana necedad.
Muerte y vida dependen de la lengua: quien bien la emplea comerá su fruto.
Feliz tú, si conservas lo uno sin dejar lo otro de tu mano, pues quien teme a Dios consigue las dos cosas.
El rey se sintió invadido de una gran alegr a por lo sucedido y mandó que sacaran a Daniel del foso. Cuando lo sacaron, no se le encontró lesión alguna, porque hab a confiado en su Dios.
Y todo el pueblo respondió: '¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!'.
El Se or sabe librar de la prueba a los piadosos y reservar para el castigo hasta el d a del juicio a los imp os,