Reunió el rey de Israel a los profetas, unos cuatrocientos, y les preguntó: '¿Debo ir a atacar a Ramot de Galaad o debo renunciar?'. Y le respondieron: 'Sube; que el Se or la entregará en manos del rey'.
Proverbios 11:9 - Biblia Castilian 2003 Con la boca pierde el imp o a su prójimo, por la ciencia se salvan los justos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El hipócrita con la boca daña a su prójimo; Mas los justos son librados con la sabiduría. Biblia Nueva Traducción Viviente Los que no tienen a Dios destruyen a sus amigos con sus palabras, pero el conocimiento rescatará a los justos. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el impío habla, trata de destruir a su prójimo; la sabiduría de los justos les permite liberarse de ello. La Biblia Textual 3a Edicion El hipócrita hunde al prójimo con su boca, Pero los honrados se libran porque lo saben. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Con la boca pierde el impío a su prójimo, por la ciencia se salvan los justos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El hipócrita con su boca destruye a su prójimo; mas por el conocimiento los justos serán librados. |
Reunió el rey de Israel a los profetas, unos cuatrocientos, y les preguntó: '¿Debo ir a atacar a Ramot de Galaad o debo renunciar?'. Y le respondieron: 'Sube; que el Se or la entregará en manos del rey'.
As acaban los que de Dios se olvidan, as termina la esperanza del malvado.
en su seno está la ruina, la opresión y fraudulencia no se ausentan de sus plazas.
A los rectos los salva su justicia; los imp os son v ctimas de su propia ambición.
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Cuando veáis que la abominación de la desolación ha sido instalada donde no debe - entiéndalo bien el que lee -, entonces, los que estén en Judea huyan a los montes,
y de entre vosotros mismos surgirán hombres que ense arán cosas perversas y arrastrararán tras de s a los disc pulos.
No os escribo porque no conozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira proviene de la verdad.
En cuanto a vosotros, la unción que de él recibisteis permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os ense e. Y dado que su unción os ense a todas las cosas - y es verdad y no mentira -, permaneced en él tal como él os ha ense ado.