Yo sé, oh Dios m o, que tú sondeas los corazones y amas la rectitud; por eso con rectitud de corazón te he ofrecido espontáneamente todo esto, y ahora veo con alegr a que tu pueblo, aqu presente, te ofrece por su propia voluntad sus dones.
Proverbios 11:20 - Biblia Castilian 2003 Yahveh abomina los corazones perversos, pero se complace en quienes obran con rectitud. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Abominación son a Jehová los perversos de corazón; Mas los perfectos de camino le son agradables. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor detesta a los de corazón retorcido, pero se deleita en los que tienen integridad. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé aborrece al hombre corrompido, los que permanecen íntegros obtienen su favor. La Biblia Textual 3a Edicion Abominación a YHVH son los de corazón perverso, Pero los de camino intachable son su deleite. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh abomina los corazones perversos, pero se complace en quienes obran con rectitud. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Abominación son a Jehová los perversos de corazón; mas los íntegros de camino le son agradables. |
Yo sé, oh Dios m o, que tú sondeas los corazones y amas la rectitud; por eso con rectitud de corazón te he ofrecido espontáneamente todo esto, y ahora veo con alegr a que tu pueblo, aqu presente, te ofrece por su propia voluntad sus dones.
En verdad, Yahveh es justo y amante de lo recto: los perfectos disfrutarán de su presencia.
Dichosos los que, sin mancha en su conducta, Alef la ley del Se or toman por gu a;
Contra ti, contra ti solo he pecado y hecho el mal ante tus ojos: que aparezcas tú justo en tu palabra y se vea tu razón cuando te juzguen.
Yahveh abomina los labios mentirosos y se complace en quienes practican la verdad.
Yahveh abomina el sacrificio de los malos; pero se complace en la plegaria de los justos.
El camino de los justos es evitar el mal; quien vigila sus pasos guarda su vida.
El malvado lleva la osad a en su rostro, el hombre recto corrige su pasos.
(El temor de Yahveh odia el mal). Aborrezco la arrogancia y la soberbia, la mala conducta y el lenguaje perverso.
Quien reprende al insolente se acarrea desprecio, quien corrige al perverso se busca ultrajes.