Proverbios 10:17 - Biblia Castilian 2003 Camino de vida es guardar la instrucción; quien descuida la reprensión se extrav a. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Camino a la vida es guardar la instrucción; Pero quien desecha la reprensión, yerra. Biblia Nueva Traducción Viviente Los que aceptan la disciplina van por el camino que lleva a la vida, pero los que no hacen caso a la corrección se descarriarán. Biblia Católica (Latinoamericana) Respetar las advertencias es caminar a la vida, no hacer caso de la corrección es perder su camino. La Biblia Textual 3a Edicion El que acepta la instrucción va en la senda de la vida, Pero quien desecha la reprensión, yerra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Camino de vida es guardar la instrucción; quien descuida la reprensión se extravía. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Camino a la vida es guardar la instrucción; mas el que rechaza la reprensión, yerra. |
A estas palabras del profeta respondió el rey: '¿Te hemos nombrado acaso consejero del rey? Acaba ya, si no quieres que te mate'. Pero el profeta concluyó diciendo: 'Sé que Dios ha resuelto destruirte por haber hecho eso y por no escuchar mi consejo'.
Quien ama la instrucción ama la ciencia, quien odia la reprensión es necio.
Grave castigo a quien se aparta del camino; quien odia la reprensión morirá.
Quien rechaza la instrucción desprecia su vida, quien escucha la reprensión se hace sensato.
Quien ante los reproches se rebela será aniquilado de repente y sin remedio.
Él me ense aba y me dec a: 'Retenga tu corazón mis palabras', guarda mis preceptos y vivirás,
y digas: '¡Cómo desprecié la instrucción! ¡Mi corazón desde ó los reproches,
pues antorcha es el precepto y luz la ense anza, y las amonestaciones son camino de vida,
A más afanes más sue os, y más palabras más vanidades. Pero tú teme a Dios.
Pero él contestó: 'Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan'.
Cuidad de no eludir al que os habla, pues si aquellos que elud an al que daba órdenes sobre la tierra no escaparon al castigo, menos escaparemos nosotros si volvemos la espalda al que da órdenes desde el cielo.
Por eso tenemos que prestar la mayor atención a lo que hemos o do, para no extraviarnos.
El anciano alzó los ojos y, al ver al viajero en la plaza de la ciudad, le dijo: '¿A dónde vas y de dónde vienes?'.