Pues yo, con tiempo e insistentemente, amonesté a vuestros padres, desde el d a en que los saqué del pa s de Egipto hasta hoy, en estos términos: escuchad mi voz'.
Oseas 5:1 - Biblia Castilian 2003 Escuchad esto, sacerdotes, atiende, casa de Israel, óyelo, casa real: sois vosotros los llamados a juicio, porque fuisteis lazo en Mispá, y red tendida en el Tabor. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey, escuchad; porque para vosotros es el juicio, pues habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor. Biblia Nueva Traducción Viviente »Escuchen esto, ustedes sacerdotes. Presten atención, líderes de Israel. Escuchen, miembros de la familia real. Se ha pronunciado sentencia contra ustedes porque han llevado al pueblo a una trampa al rendirles culto a ídolos en Mizpa y en Tabor. Biblia Católica (Latinoamericana) Escuchen esto, sacerdotes; estén atentos, jefes de Israel; presten atención los de la casa del rey, pues esta sentencia es para ustedes:
Han sido como un lazo de cazador en Mispá y como una red tendida en el Tabor. Yo los voy a castigar a todos porque se han hundido hasta el cuello en la corrupción. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oíd esto, sacerdotes! ¡Atended, oh casa de Israel! ¡Prestad oído, oh casa real! A vosotros afecta esta sentencia, Porque fuisteis lazo° en Mizpa, Red tendida° en el Tabor, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Escuchad esto, sacerdotes, atiende, casa de Israel, óyelo, casa real: sois vosotros los llamados a juicio, porque fuisteis lazo en Mispá, y red tendida en el Tabor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel; y casa del rey, escuchad; porque contra vosotros es el juicio, pues habéis sido lazo en Mizpa, y red extendida sobre Tabor. |
Pues yo, con tiempo e insistentemente, amonesté a vuestros padres, desde el d a en que los saqué del pa s de Egipto hasta hoy, en estos términos: escuchad mi voz'.
Di al rey y a la reina madre: Sentaos más abajo, porque cayó de vuestra cabeza vuestra gloriosa corona.
¡Por mi vida! - oráculo del Rey cuyo nombre es Yahveh Sebaot -: vendrá como el Tabor entre los montes y como el Carmelo sobre el mar.
As haré con vosotros, casa de Israel, por vuestra inmensa maldad. Al alba desaparecerá por completo el rey de Israel.
Los atacaré como osa privada de sus cr as, les rasgaré el corazón dentro del pecho, los devoraré all mismo como un león, las fieras del campo los despedazarán.
Escuchad la palabra de Yahveh, hijos de Israel, porque Yahveh viene a querellarse contra los habitantes del pa s, porque no hay en ellos ni fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios.
Como una emboscada de bandidos, as es la horda de los sacerdotes: asesinan en el camino de Siquén realmente es infame su conducta.
Junto a la tienda del profeta esp a Efra n: es lazo de pajarero en todos sus caminos, hostilidad en la casa de su Dios.
Escuchad esto, ancianos, o d, habitantes todos del pa s: ¿hubo cosa parecida en vuestros d as o en los d as de vuestros padres?
Escuchad estas palabras que dice Yahveh contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que saqué de la tierra de Egipto.
Los altos lugares de Isaac serán devastados, y los santuarios de Israel destruidos; yo me alzaré con la espada contra la casa de Jeroboán'.
Y dije: 'Escuchad, pues, jefes de Jacob, gobernantes de la casa de Israel: ¿acaso no os toca a vosotros reconocer el derecho?'.
Escuchad también esto, jefes de la casa de Jacob, gobernantes de la casa de Israel, vosotros que detestáis la justicia, que torcéis toda equidad,
Desapareció de la tierra el piadoso, no queda un justo entre los hombres: todos acechan para derramar sangre, unos a otros se tienden redes,
El hijo honra a su padre, y el siervo a su se or. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy se or, ¿dónde está mi temor? Yahveh Sebaot os habla, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Vosotros dec s: '¿En qué menospreciamos tu nombre?'.
Le anunciaron a S sara que Barac, hijo de Abinoán, hab a subido al monte Tabor.
Ella mandó llamar a Barac, hijo de Abinoán, de Cades de Neftal, y le dijo: '¿No te tiene ordenado Yahveh, Dios de Israel, que vayas al monte Tabor, a reclutar y tomar contigo diez mil hombres de los hijos de Neftal y de Zabulón?
Todos los a os hac a un recorrido por Betel, Guilgal y Mispá, y administraba en todos estos lugares justicia a Israel.
Dijo entonces Samuel: 'Reunid a todo Israel en Mispá y rogaré por vosotros a Yahveh'.
Congregáronse, pues, en Mispá y sacaron agua, que derramaron delante de Yahveh; ayunaron aquel d a y dijeron: 'Hemos pecado contra Yahveh'. Y Samuel administró justicia a los israelitas en Mispá.