Enluteció, languideció la tierra, enrojeció, se marchitó el L bano; quedó el Sarón como la estepa, sacudidos el Basán y el Carmelo.
Oseas 4:3 - Biblia Castilian 2003 Por eso la tierra está seca, y todos sus habitantes desfallecen con los animales del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar desaparecen. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán. Biblia Nueva Traducción Viviente Por eso la tierra está de luto y todos desfallecen. Hasta los animales salvajes y las aves de los cielos y los peces del mar desaparecen. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, todo el país está de duelo y están deprimidos sus habitantes. Y desaparecen hasta los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar. La Biblia Textual 3a Edicion Por eso tendrá luto la tierra, Y todos los que la habitan desfallecerán, Juntamente con las bestias del campo° y las aves de los cielos,° Y hasta los peces del mar perecerán. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso la tierra está seca, y todos sus habitantes desfallecen con los animales del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar desaparecen. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por lo cual, se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo: y aun los peces del mar fallecerán. |
Enluteció, languideció la tierra, enrojeció, se marchitó el L bano; quedó el Sarón como la estepa, sacudidos el Basán y el Carmelo.
¿Hasta cuándo hará duelo el pa s y estará la hierba de todo el campo reseca? Por la maldad de sus habitantes, bestias y aves desaparecieron. Pero dicen ellos: 'No ve nuestros caminos'.
Porque el pa s está lleno de adúlteros, porque a causa de la maldición el pa s está triste, se han secado los oasis del desierto. Corren hacia el mal y su poder es injusto.
Miré, y ¡ay! no hab a un solo hombre, todas las aves del cielo hab an huido.
Haré de Jerusalén una escombrera, una guarida de chacales; de las ciudades de Judá haré un desierto sin habitantes.
Entonad en los montes llanto y lamento, y en los pastizales de la estepa una eleg a, pues están abrasados, sin que nadie pase, y ya no se oye el mugir del ganado; desde las aves del cielo hasta las fieras todas huyeron, se han ido.
Temblarán ante m los peces del mar, las aves del cielo, las fieras del campo, todos los reptiles que reptan por la tierra y todos los hombres que hay en la superficie de la tierra. Se desplomarán las monta as, se despe arán las rocas y caerán por tierra todas las murallas.
¡Cómo brama el ganado! Mugen los hatos de bueyes por falta de pasto. ¡Hasta los reba os de ovejas perecen!
Dijo: 'Yahveh ruge desde Sión, da voces desde Jerusalén: se agostan los pastizales de los pastores, se deseca la cumbre del Carmelo'.
Por eso, as dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Se or: 'En todas las plazas habrá lamentación, y en todas las calles se dirá: '¡Ay, ay!'. Llamarán a duelo al campesino y a los expertos en lamentaciones.
¿No temblará por esto la tierra, y no llorarán todos sus habitantes? Subirá toda ella como el Nilo, crecerá y menguará como el Nilo de Egipto.
Increpa al mar y lo seca, Gu mel evapora todos los r os. Languidecen el Basán y el Carmelo, Dálet la flor del L bano se marchita.
Aniquilaré a hombres y animales, aniquilaré las aves del cielo y los peces del mar, haré que tropiecen los imp os. Voy a exterminar a los hombres de la superficie de la tierra - oráculo de Yahveh.
La desencadené - oráculo de Yahveh Sebaot -, para que vaya a la casa del ladrón y a la casa del que jura en falso por mi nombre; se alojará en medio de ella y la destruirá con sus maderas y sus piedras.