El vino es insolente; el licor, pendenciero; quien a ellos se entrega no es sabio.
Oseas 4:11 - Biblia Castilian 2003 (11a) a la prostitución. (11b) El vino y el mosto quitan el seso. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Fornicación, vino y mosto quitan el juicio. Biblia Nueva Traducción Viviente para rendir culto a otros dioses. »El vino le ha robado el entendimiento a mi pueblo. Biblia Católica (Latinoamericana) Prostitución, vino y aguardiente se han hecho dueños de su mente. La Biblia Textual 3a Edicion Para atender a la fornicación, al vino y al mosto, Que dominan el corazón.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 a la prostitución. El vino y el mosto quitan el seso. Biblia Reina Valera Gómez (2023) La prostitución, el vino y el vino nuevo quitan el corazón. |
El vino es insolente; el licor, pendenciero; quien a ellos se entrega no es sabio.
También éstos por el vino vacilan, por el licor se tambalean; sacerdotes y profetas vacilan por el licor, desvar an por el vino, dan traspiés por el licor, vacilan en la visión, titubean en la sentencia.
Sólo hay c taras y arpas, panderetas y flautas, y vino en sus banquetes; pero no miran la acción de Yahveh, no ven la obra de sus manos.
En los profetas de Samar a observé necedad: profetizaban por Baal y descarriaban a mi pueblo Israel.
Mi pueblo consulta a su madero, y su bastón le da respuestas; un esp ritu de prostitución lo descarr a por eso se prostituye alejándose de su Dios.
No les permiten sus obras convertirse a su Dios, pues hay dentro de ellos esp ritu de prostitución y no conocen a Yahveh.
Efra n es como una paloma incauta y sin seso: acuden a Egipto, llaman a Asiria.
'No beberás vino ni bebida alguna embriagante, ni tú ni tus hijos, cuando hayáis de entrar en la tienda del encuentro, para que no muráis; es una ley perpetua para vuestras generaciones,
Tened cuidado de vosotros mismos, no sea que vuestro corazón se embote por la crápula, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, y caiga de improviso sobre vosotros aquel d a
Cuando Abigail volvió a casa de Nabal, éste estaba celebrando un fest n regio en su casa, y su corazón estaba alegre, pues estaba embriagado en demas a, por lo que nada le dijo ella, ni poco ni mucho, hasta el clarear del alba.