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Oseas 3:5 - Biblia Castilian 2003

Después se convertirán los hijos de Israel, buscarán a Yahveh, su Dios, y a David, su rey, y acudirán temerosos a Yahveh y a sus bienes, al fin de los tiempos.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero después el pueblo volverá y se dedicará al Señor su Dios y al descendiente de David, su rey. En los últimos días, temblarán de asombro ante el Señor y su bondad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Después volverán los hijos de Israel, buscarán a Yavé, su Dios, y a David, su rey. Cuando llegue el momento acudirán llenos de respeto a Yavé para recibir sus beneficios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Después volverán los hijos de Israel y buscarán a YHVH su Dios y a David su rey; Y acudirán temblorosos° a YHVH, y a su misericordia al fin de los días.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Después se convertirán los hijos de Israel, buscarán a Yahveh, su Dios, y a David, su rey, y acudirán temerosos a Yahveh y a sus bienes, al fin de los tiempos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.

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Lòt tradiksyon



Oseas 3:5
36 Referans Kwoze  

Todos los de Israel, viendo que el rey no los escuchaba, respondieron al rey con estas palabras: '¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No tenemos heredad con el hijo de Jesé! ¡A tus tiendas, Israel! ¡Mira ahora por tu casa, David!'. Y los de Israel se fueron a sus tiendas.


Aquel d a mirará el hombre a su Hacedor y sus ojos verán al Santo de Israel.


Sucederá al fin de los d as que la monta a del templo de Yahveh estará asentada en la cumbre de los montes y se elevará por encima de los collados. Afluirán a ella todas las naciones,


vendrán pueblos numerosos y dirán: 'Venid, subamos a la monta a de Yahveh, al templo del Dios de Jacob, para que nos ense e sus caminos y sigamos sus senderos'. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.


Entonces lo verás y estarás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón, pues se volcará sobre ti la riqueza del mar, los tesoros de las naciones vendrán a ti.


Y Yahveh cortó de Israel cabeza y cola, palma y junco en un solo d a.


Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que suscitaré a David un germen justo que reinará como rey, obrará con prudencia y practicará el derecho y la justicia en el pa s.


La ira furibunda de Yahveh no cede hasta que realice y ejecute los planes de su corazón. Al fin de los d as lo comprenderéis'.


servirán a Yahveh, su Dios, y a David, su rey, que les suscitaré.


Pues as dice Yahveh: 'No le faltará a David uno que se siente en el trono de la casa de Israel.


Y esto será para m renombre, gozo, alabanza y gloria en todas las naciones de la tierra que oigan el bien que voy a hacerles, y as teman y se estremezcan ante todo el bien y ante toda la paz que voy a procurarles.


para que te acuerdes y te avergüences y ni siquiera te atrevas a hablar a causa de tu confusión, cuando yo te perdone todo lo que has hecho' - oráculo del Se or Yahveh.'


Avanzarás contra mi pueblo Israel como un nublado que cubre la tierra. Será en los últimos d as. Te traeré contra mi pa s, para que me conozcan las naciones cuando muestre mi santidad ante sus ojos por medio de ti, Gog'.


Al cabo de muchos d as recibirás una orden. Al final de esos a os irás a un pa s rescatado de la espada, cuya gente, recogida de muchos pueblos, está en los montes de Israel, que hab an sido una desolación permanente. Esta gente ha sido sacada de entre los pueblos, y ahora viven todos ellos tranquilos.


He venido para darte a conocer lo que le sucederá a tu pueblo al final de los tiempos, porque se trata aún de una visión para aquellos d as'.


pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y él ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los d as. Tu sue o y las visiones de tu mente, las que tuviste mientras estabas en el lecho, son las siguientes:


En pos de Yahveh marcharán; él rugirá como un león; a su rugido, acudirán temerosos los hijos desde el occidente.


Voy a volverme a mi lugar, hasta que exp en su culpa y busquen mi rostro; en su angustia me buscarán ansiosamente.


Con sus ovejas y sus vacas irán en busca de Yahveh, pero no lo encontrarán: se apartó de ellos.


Venid, volvamos a Yahveh: él nos desgarró, pero él nos curará; él nos hirió, pero él nos vendará.


Aquel d a levantaré la caba a ca da de David: repararé sus brechas y reconstruiré sus ruinas; la restableceré como en los d as de anta o,


Sucederá al final de los tiempos que el monte del templo de Yahveh estará asentado en la cumbre de los montes y se elevará sobre las colinas. Afluirán a él pueblos,


Ahora, pues, que me voy a mi casa, ven y te anunciaré lo que este pueblo ha de hacer al tuyo en d as venideros'.


No quiero, hermanos, para que no presumáis de vosotros mismos, que ignoréis este misterio: que el endurecimiento parcial de Israel se prolongará hasta que entre la totalidad de los gentiles.


¿O es que menosprecias la riqueza de su bondad y de su paciencia y de su comprensión, al no reconocer que esta bondad de Dios intenta llevarte a la conversión?


En tu angustia, cuando todas estas cosas te sobrevengan en los tiempos venideros, te volverás a Yahveh, tu Dios, y escucharás su voz.