Como si fuera poco imitar los pecados de Jeroboán, hijo de Nebat, tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, rindió culto a Baal y se postró ante él.
Oseas 2:15 - Biblia Castilian 2003 La castigaré por los d as de los baales, cuando ella les quemaba incienso, y, adornada con sus zarcillos y collares, caminaba detrás de sus amantes y me olvidaba a m - oráculo de Yahveh. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. Biblia Nueva Traducción Viviente Le devolveré sus viñedos y convertiré el valle de la Aflicción en una puerta de esperanza. Allí se me entregará como lo hizo hace mucho tiempo cuando era joven, cuando la liberé de su esclavitud en Egipto. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo le tomaré cuentas por los años de los baales
en que les ofrecía incienso
y en que se ponía sus aros y collares
para correr detrás de sus amantes;
y se olvidaba de mí, la ingrata. La Biblia Textual 3a Edicion Allí le daré sus viñas y el valle de Acor° como puerta de esperanza; Allí me responderá como en su juventud, Como cuando salió de Egipto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La castigaré por los días de los baales, cuando ella les quemaba incienso, y, adornada con sus zarcillos y collares, caminaba detrás de sus amantes y me olvidaba a mí -oráculo de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. |
Como si fuera poco imitar los pecados de Jeroboán, hijo de Nebat, tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, rindió culto a Baal y se postró ante él.
Canto gradual. Harto, desde mi juventud, me han oprimido - puede Israel decir -,
Será el Sarón pastizal de ovejas, y el valle de Acor dehesa de bueyes para mi pueblo que me busca.
Construirán casas y las habitarán, plantarán vi as y comerán de su fruto.
Ve y grita a los o dos de Jerusalén lo siguiente: As dice Yahveh: Recuerdo de ti el cari o de tu juventud, el amor de tu noviazgo, cuando ibas tras de m por el desierto, por una tierra no sembrada.
Porque yo sé los planes que tengo trazados acerca de vosotros - oráculo de Yahveh -, planes de bienestar y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza.
¿No acabas de implorarme ahora mismo: ¡Padre m o! El amigo de mi juventud eres tú?
Porque as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Se seguirán comprando casas, campos y vi as en este pa s'.
Con todas tus abominaciones y tus prostituciones, no te acordaste de los d as de tu juventud, cuando estabas desnuda y sin vestidos y pataleabas en tu sangre.'
Pero recordaré mi alianza, la que hice contigo en los d as de tu juventud, y estableceré en favor tuyo una alianza eterna.
Pasé junto a ti y te vi. Era tu edad, la edad de los amores. Tend entonces sobre ti el borde de mi manto y cubr tu desnudez; te hice juramento, contraje una alianza contigo - oráculo del Se or Yahveh - y fuiste m a.
As dice el Se or Yahveh: 'Cuando yo recoja a la casa de Israel de los pueblos por donde anda dispersa, manifestaré en ella mi santidad a los ojos de las naciones y residirán en el pa s que entregué a mi siervo Jacob.
Residirán all seguros, construirán casas, plantarán vi as y vivirán tranquilos. Cuando haga justicia a todos los vecinos que la desprecian, sabrán que yo soy Yahveh, su Dios'.
Huyó Jacob al campo de Aram, sirvió Israel por una mujer, y por una mujer se hizo pastor.
Efra n dice: 'Pues s, me he enriquecido, he amasado una fortuna'. Sus ganancias no le bastarán pues las consiguió con pecado.
Pero yo soy Yahveh, tu Dios desde el pa s de Egipto. No reconocerás a otro Dios fuera de m; ni hay otro salvador que yo.
Ahora descubrirá sus vergüenzas a los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.
Cambiaré la suerte de mi pueblo Israel: reedificarán las ciudades destruidas y habitarán en ellas, plantarán vi as y beberán su vino, cultivarán huertos y comerán sus frutos.
Volved a la fortaleza, vosotros, los cautivos que tenéis esperanza. Hoy mismo te lo anuncio: te devolveré el doble.
Yo soy la puerta: el que entre por m, estará a salvo; podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
Llegados y congregada la iglesia, refirieron lo que Dios hab a hecho con ellos y cómo hab a abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Echaron luego sobre él un gran montón de piedras, que subsiste hasta hoy. As calmó Yahveh el furor de su cólera. Por eso aquel lugar se llama hasta hoy Valle de Acor.
Los israelitas, pues, no se acordaron de Yahveh, su Dios, que los hab a salvado de todos sus enemigos que lo cercaban.