Dijo entonces David a Natán: 'He pecado contra Yahveh'. A lo que replicó Natán: 'Yahveh ha perdonado tu pecado; no morirás.
Oseas 14:2 - Biblia Castilian 2003 Vuelve, Israel, a Yahveh, tu Dios, porque has tropezado por tu culpa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios. Biblia Nueva Traducción Viviente Presenta tus confesiones y vuélvete al Señor. Dile: «Perdona todos nuestros pecados y recíbenos con bondad para que podamos ofrecerte nuestras alabanzas. Biblia Católica (Latinoamericana) Vuelve, Israel, junto a Yavé, tu Dios,
pues tus faltas te hicieron tropezar. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Procuraos palabras y volveos a YHVH! Decidle: ¡Quita toda iniquidad y acéptanos con benevolencia!, Y te ofreceremos los sacrificios de nuestros labios.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vuelve, Israel, a Yahveh, tu Dios, porque has tropezado por tu culpa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Tomad con vosotros palabras, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acéptanos con gracia, y daremos becerros de nuestros labios. |
Dijo entonces David a Natán: 'He pecado contra Yahveh'. A lo que replicó Natán: 'Yahveh ha perdonado tu pecado; no morirás.
Pero a David le remord a el corazón por haber hecho el censo del pueblo y dijo a Yahveh: 'He cometido un gran pecado en lo que he hecho. Perdona, pues, ahora, oh Yahveh, la falta de tu siervo, porque he obrado muy neciamente'.
¿Por qué no toleras mi pecado ni pasas por encima de mi falta? Ya muy pronto yaceré en el polvo; ya no existiré cuando me busques'.
L brame tú, Se or, de acciones sanguinarias: Dios de mi salvación, mi lengua cantará tu providencia.
Disipé como niebla tus culpas, como un nublado tus pecados. Vuelve a m, que te he redimido.
y, tocando mi boca, dijo: 'Mira, esto ha tocado tus labios: ha sido quitada tu culpa, está perdonado tu pecado'.
Ve y proclama estas palabras hacia el norte y di: Conviértete, apóstata Israel - oráculo de Yahveh -; no os miraré con rostro airado, pues soy misericordioso - oráculo de Yahveh -; no estaré siempre enojado.
Tú conviértete a tu Dios, guarda el amor y el derecho, espera en tu Dios siempre.
El orgullo de Israel testificará contra él: Israel y Efra n caerán por su iniquidad, y también con ellos caerá Judá.
Porque amor quiero yo y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos.
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Yahveh, y digan: 'Perdona, Yahveh, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, para que se burlen de ellos las naciones. ¿Por qué habr an de decir los pueblos: dónde está su Dios?'.
Éste, tomando la palabra, habló as a los que estaban ante él: 'Quitadle las ropas sucias'. Y a él le dijo: 'Mira: te he quitado tu iniquidad'. Y a adió: 'Vestidle vestiduras festivas
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿con cuánta más razón vuestro Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le piden?
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿con cuánta más razón el Padre que está en el cielo dará Esp ritu Santo a los que le piden?'.
En cambio, el publicano se quedó a distancia y ni siquiera se atrev a a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Oh Dios! Ten misericordia de m, que soy pecador'.
Al d a siguiente, Juan ve a Jesús que viene hacia él, y entonces dice: 'Éste es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo.
Y ésta será, por mi parte, la alianza con ellos, cuando yo haya quitado sus pecados.
quien nos ha salvado y llamado a una vocación santa, no según nuestras obras, sino según su propio designio y gracia, que se nos dio en Cristo Jesús desde la eternidad,
el cual se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad y para purificarnos, haciendo de nosotros un pueblo que fuera su patrimonio, dedicado a buenas obras.
porque es imposible que sangre de toros y de machos cabr os borre pecados.
Por medio de el, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que celebran su nombre.
Servid también vosotros de piedras vivas para edificar una casa espiritual destinada a un sacerdocio santo que ofrece sacrificios espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo.
Vosotros, en cambio, sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para anunciar las magnificencias del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz.
Pero si caminamos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros; y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado.
Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, pues en él no hay pecado.