Oseas 11:3 - Biblia Castilian 2003 Yo ense é a Efra n a andar, los llevé en mis brazos; pero no comprendieron que yo los cuidaba. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo mismo le enseñé a Israel a caminar, llevándolo de la mano; pero no sabe ni le importa que fui yo quien lo cuidó. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo, sin embargo, le enseñaba a andar a Efraím, sujetándolo de los brazos, pero ellos no entendieron que yo cuidaba de ellos. La Biblia Textual 3a Edicion Pero fui Yo el que enseñó a andar a Efraín tomándolo por sus brazos, Pero no reconocieron que Yo era el que los sanaba. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo enseñé a Efraín a andar, los llevé en mis brazos; pero no comprendieron que yo los cuidaba. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo con todo enseñé a caminar a Efraín, tomándolo de los brazos; y no conocieron que yo los cuidaba. |
Y dijo: 'Si escuchas de veras la voz de Yahveh, tu Dios, y haces lo que es recto a sus ojos; si prestas o do a sus mandatos y si guardas todas sus leyes, no te enviaré ninguna de las enfermedades con que he afligido a Egipto, porque yo soy Yahveh, el que te sana'.
'Habéis visto cuanto yo he hecho en Egipto, y cómo os he llevado sobre alas de águila y os he tra do hasta m.
Serviréis a Yahveh, vuestro Dios. Él bendecirá tu pan y tu agua, y alejará de ti la enfermedad.
Escucha, cielo; atiende, tierra que habla Yahveh: hijos crié y eduqué, y ellos se rebelaron contra m.
Y será la luz de la blanquecina como la luz del ardoroso. Y la luz del ardoroso será siete veces mayor, como la luz de siete d as, el d a en que vende Yahveh la fractura de su pueblo y cure la llaga de su herida.
Escuchadme, casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, vosotros, con quienes he cargado desde el seno; a quienes he llevado desde el vientre materno:
en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un ángel: él en persona los salvó. Por su amor y su piedad, él mismo los redimió, los levantó y los llevó todos los d as de anta o.
Pero voy a hacer cicatrizar tu herida y voy a curarte de tus llagas - oráculo de Yahveh -, porque te llamaron 'La Desechada', Sión, la que no tiene quien la cuide.
¿No hay bálsamo en Galaad, o no hay all un médico? ¿Por qué, entonces, no se cierra la herida de la hija de mi pueblo?
Asiria no nos salvará, no montaremos a caballo, nunca más diremos que es nuestro dios la obra de nuestras manos, tú, en quien el huérfano encuentra compasión'.
Por eso, aqu estoy yo para cerrar su camino con espinos; la cercaré con setos, para que no encuentre sus senderos.
cuando yo quer a curar a Israel, se reveló la iniquidad de Efra n y la maldad de Samar a: pues cometen fraudes, el ladrón entra en la casa y en la calle saquean los bandidos.
Mientras yo los adiestraba, y fortalec a sus brazos tramaban el mal contra m.
Y has visto cómo en el desierto Yahveh, tu Dios, te ha llevado como un hombre lleva a su hijo, a lo largo de todo el camino que habéis recorrido hasta llegar a este lugar'.
El Dios de anta o es lugar de refugio, y un soporte, sus brazos eternos; él arrojó de delante de ti al enemigo, y ordenó: ¡extermina!
Te acordarás de todo el camino que Yahveh, tu Dios, te ha hecho recorrer durante estos cuarenta a os por el desierto, para humillarte, probarte y saber lo que encierra tu corazón, y para ver si guardabas o no sus mandamientos.