Los israelitas fueron e hicieron tal y como hab a ordenado Yahveh a Moisés y a Aarón.
Números 31:41 - Biblia Castilian 2003 Moisés entregó al sacerdote Eleazar el tributo reservado para Yahveh, como Yahveh lo hab a ordenado a Moisés. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y dio Moisés el tributo, para ofrenda elevada a Jehová, al sacerdote Eleazar, como Jehová lo mandó a Moisés. Biblia Nueva Traducción Viviente Moisés le dio al sacerdote Eleazar la porción del Señor, tal como el Señor lo había ordenado. Biblia Católica (Latinoamericana) Moisés dio al sacerdote Eleazar la ofrenda reservada para Yavé, como Yavé había ordenado a Moisés. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Moisés entregó el tributo al sacerdote Eleazar como ofrenda alzada a YHVH, tal como YHVH había ordenado a Moisés. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Moisés entregó al sacerdote Eleazar el tributo reservado para Yahveh, como Yahveh lo había ordenado a Moisés. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dio Moisés el tributo, por elevada ofrenda a Jehová, a Eleazar el sacerdote, como Jehová lo mandó a Moisés. |
Los israelitas fueron e hicieron tal y como hab a ordenado Yahveh a Moisés y a Aarón.
Todo lo que de las cosas santas se pone aparte, y que los israelitas reservan para Yahveh, te lo entrego a ti, a tus hijos y a tus hijas por ley perpetua. Éste es un pacto perpetuo de sal ante Yahveh, para ti y tu descendencia'.
Dijo Yahveh a Aarón: 'Yo te encomiendo la custodia de lo que debe reservarse para m de todas las ofrendas sagradas de los israelitas; y te las entrego a ti, a causa de la unción, y también a tus hijos, por ley perpetua.
de dieciséis mil personas, de las cuales se reservaron treinta y dos para Yahveh.
De la mitad correspondiente a los israelitas, y que Moisés hab a separado de la de los combatientes,
Las cosas santas que cada uno ofrezca serán suyas; pero lo que se da al sacerdote es para el sacerdote'.
Toda ofrenda de cosas santas que los israelitas presentan al sacerdote, será para éste.
ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; que el obrero merece su sustento.
El que recibe la ense anza de la palabra haga part cipe de todos sus bienes al que le ense a.
Los presb teros que desempe an bien su cargo merecen doble honorario, sobre todo los que trabajan en la palabra y en la ense anza.