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Números 24:5 - Biblia Castilian 2003

¡Qué hermosas son tus tiendas, oh Jacob, y tus campamentos, oh Israel!

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Biblia Reina Valera 1960

¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, Tus habitaciones, oh Israel!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Qué hermosas son tus carpas, oh Jacob; qué bellos son tus hogares, oh Israel!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Qué hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus moradas, oh Israel!

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob! Tus habitaciones, ¡oh Israel!,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¡Qué hermosas son tus tiendas, oh Jacob, y tus campamentos, oh Israel!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus habitaciones, oh Israel!

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Números 24:5
13 Referans Kwoze  

porque no hab an salido al encuentro de los israelitas con pan y agua; y porque sobornaron a Balaán para que los maldijese, si bien nuestro Dios cambió la maldición en bendición.


Cuán amable es tu morada, Se or de los ejércitos.


Éstas son las cuentas del santuario, del santuario del testimonio, según cálculo llevado a cabo por los levitas siguiendo instrucciones de Moisés, bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.


Eres toda hermosa, amada m a, no hay defecto en ti.


Eres bella, amiga m a, como Tirsá, como Jerusalén, llena de gracia, terrible como ejército formado bajo las banderas.


Por siete d as habitaréis en caba as; todos los naturales de Israel morarán en caba as,


¡Extermine Yahveh al hombre que tal hace y al que lo consiente de las tiendas de Jacob y de los que presentan oblación a Yahveh Sebaot!


Los israelitas hicieron todo lo que Yahveh hab a ordenado a Moisés. As acampaban según sus estandartes; y as cada uno se pon a en marcha según su clan y su familia.


Cuando Balaán alzó sus ojos y vio a Israel acampado por tribus, vino sobre él el esp ritu de Yahveh


oráculo del que oye las palabras de Dios, del que ve la visión de Sadday, del que, al caer, se le abren los ojos.


Se extienden como valles, como jardines junto a un r o, como áloes que Yahveh plantó, como cedros junto a las aguas.


¡Dichoso tú, Israel! ¿Quién como tú, pueblo salvado por Yahveh, tu escudo protector, y cuya espada es tu exaltación? Tus enemigos simularán someterse ante ti, pero tú hollarás sus espaldas'.


Pero no quise escuchar a Balaán; por el contrario, tuvo que bendeciros, y yo os libré de su mano.