Éstos estaban también al frente de los acarreadores y dirig an a todos los trabajadores ocupados en las distintas tareas. Hab a, además, levitas que eran escribas, inspectores y porteros.
Nehemías 4:10 - Biblia Castilian 2003 Y desde aquel d a la mitad de mis hombres trabajaba en la obra, mientras la otra mitad estaba sobre las armas con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes estaban con toda la casa de Judá, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el pueblo de Judá comenzó a quejarse: «Los trabajadores se están cansando, y los escombros que quedan por sacar son demasiados. Jamás podremos construir la muralla por nuestra cuenta». Biblia Católica (Latinoamericana) Pero desde ese día, la mitad de mis hombres trabajaba y la otra, armada con lanzas, escudos, arcos y corazas, se mantenía detrás de los judíos que trabajaban en la muralla. La Biblia Textual 3a Edicion Y los de Judá dijeron: Desfallecen ya las fuerzas de los cargadores, y los escombros son muchos, por lo que no seremos capaces de reedificar el muro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y desde aquel día la mitad de mis hombres trabajaba en la obra, mientras la otra mitad estaba sobre las armas con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes estaban con toda la casa de Judá, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. |
Éstos estaban también al frente de los acarreadores y dirig an a todos los trabajadores ocupados en las distintas tareas. Hab a, además, levitas que eran escribas, inspectores y porteros.
que reconstru a la muralla. También los cargadores iban armados, de forma que con una mano hac an el trabajo y con la otra sujetaban el arma.
y todos a una se conjuraron para lanzar un ataque contra Jerusalén y causarle la ruina.
Cuando nuestros enemigos supieron que estábamos apercibidos y que Dios hab a desbaratado sus planes, todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo.
'Hijo de hombre, Nabucodonosor, rey de Babilonia, empe ó a su ejército en una dura campa a contra Tiro. Todas las cabezas han sido decalvadas y todas las espaldas desolladas, pero ni él ni su ejército sacaron provecho alguno de esa campa a contra Tiro.
As habla Yahveh Sebaot: este pueblo dice: 'No ha llegado aún el tiempo de reedificar el templo de Yahveh'.
Pero los que hab an ido con él dijeron: 'No podemos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros'.
Subieron hasta el valle de Escol, vieron el pa s y desanimaron a los israelitas para que no entraran en el pa s que Yahveh les hab a entregado.