Hubo en tiempos del rey David un hambre que duró tres a os consecutivos. Consultó entonces David a Yahveh y Yahveh le respondió: 'Hay sangre sobre Saúl y sobre su familia, por haber dado él muerte a los gabaonitas'.
Miqueas 6:9 - Biblia Castilian 2003 Oigo que Yahveh clama a la ciudad: 'Escuchad, tribu y asamblea de la ciudad: Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien lo establece. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Si son sabios, teman al Señor! Su voz llama a todos en Jerusalén: «Los ejércitos de destrucción se acercan; el Señor los envía. Biblia Católica (Latinoamericana) Resuena la voz de Yavé en la ciudad: Escuchen, tribus, óyeme asamblea de la ciudad. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oh tribu, oye! La voz de YHVH clama a la ciudad: Él salvará a los que temen su Nombre, A quienes aún ha de congregar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Oigo que Yahveh clama a la ciudad: 'Escuchad, tribu y asamblea de la ciudad: Biblia Reina Valera Gómez (2023) La voz de Jehová clama a la ciudad, y el sabio mirará a tu nombre. Oíd la vara, y a quien lo ha establecido. |
Hubo en tiempos del rey David un hambre que duró tres a os consecutivos. Consultó entonces David a Yahveh y Yahveh le respondió: 'Hay sangre sobre Saúl y sobre su familia, por haber dado él muerte a los gabaonitas'.
Cumplirá, pues, su designio sobre m, como tantas cosas que tiene decretadas.
¡Dichoso el hombre a quien Dios corrige! No desprecies la lección de Sadday,
Los gentiles naufragan en la fosa que hicieron, Tet en la red que ocultaron se enma aran sus pies.
El prudente ve el peligro y se esconde, los ingenuos siguen adelante para su mal.
Yahveh, tu mano está alzada, pero ellos no la ven. ¡Vean, avergonzados, tu celo por el pueblo; el fuego devore a tus enemigos!
La ciudad fortificada es desolación, morada dejada, abandonada como un desierto. All pastará el novillo, all sesteará y destruirá sus frondas.
Mirad el nombre de Yahveh que viene de lejos, ardiente es su cólera y pesada su humareda; sus labios están llenos de enojo, su lengua es como fuego devorador;
¡Una voz en la urbe! ¡Una voz en el templo! Es Yahveh, que ajusta las cuentas a sus enemigos.
'Miqueas de Moréset, que profetizó en tiempo de Ezequ as, rey de Judá, habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: As habla Yahveh Sebaot: Sión será arada como un campo, Jerusalén reducida a un montón de ruinas, y el monte del templo a un cerro de maleza.
entonces haré de este templo como del de Siló, y haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra.
¿Cómo va a descansar, si Yahveh la manda? Contra Ascalón y la costa del mar, contra ellos ha sido enviada.
No me apiadaré ni tendré compasión; te trataré según tu conducta, y tus abominaciones estarán presentes ante ti; y sabréis que soy yo, Yahveh, el que hiere''.
Efra n, ¿qué tiene ya que ver con los dolos? Yo lo escucho y lo protejo. Soy como un ciprés siempre verde; gracias a m se hallará fruto en ti.
¡Ay de los que viven tranquilos en Sión y de los que se sienten seguros en el monte de Samar a, hombres notables de la primera de las naciones, a quienes acude la casa de Israel!
Justamente por vuestra culpa, Sión será arada como un campo, Jerusalén reducida a un montón de ruinas y el monte del templo a un cerro de maleza.
¿tengo yo que soportar la casa del imp o, los tesoros de iniquidad y el indignante efá disminuido?
'Se te ha revelado, hombre, lo que es bueno, lo que Yahveh reclama en ti: tan sólo practicar la justicia, amar la lealtad y ser humilde ante tu Dios.'
No escuchó la voz, no aceptó la corrección; no conf o en Yahveh, no se acercó a su Dios.
Yo, a los que amo, los reprendo y castigo. ¡An mate, pues, y conviértete!