Vuestro pa s, un desierto; vuestras ciudades, incendiadas; vuestra tierra, ante vosotros, extranjeros la devoran. Es un desierto, como una destrucción a mano de extranjeros.
Miqueas 5:11 - Biblia Castilian 2003 aniquilaré los sortilegios de tu mano y no tendrás más adivinos; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Haré también destruir las ciudades de tu tierra, y arruinaré todas tus fortalezas. Biblia Nueva Traducción Viviente Derribaré tus muros y demoleré tus defensas. Biblia Católica (Latinoamericana) arrancaré de tus manos tus supercherías, y ya no tendrás más a tus adivinos. La Biblia Textual 3a Edicion Haré cortar las ciudades de tu tierra, Y derribaré todas tus fortalezas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 aniquilaré los sortilegios de tu mano y no tendrás más adivinos; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y destruiré las ciudades de tu tierra, y derribaré todas tus fortalezas. |
Vuestro pa s, un desierto; vuestras ciudades, incendiadas; vuestra tierra, ante vosotros, extranjeros la devoran. Es un desierto, como una destrucción a mano de extranjeros.
S, has rechazado a tu pueblo, a la casa de Jacob, porque están llenos de adivinos, de agoreros, como los filisteos, y hacen pactos con extranjeros.
As, con esto será expiada la culpa de Jacob, y éste será todo el fruto: quitarle su pecado; que deje todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, que no queden en pie ni aserás ni estelas.
'¿Hasta cuándo, Se or?' - pregunté -. Y él me respondió: 'Hasta que queden las ciudades asoladas y sin habitantes, las casas sin hombres, el campo desolado como un desierto.
Destruyó el Se or sin piedad Bet todas las moradas de Jacob; derribó, en su furor, las fortalezas de la hija de Judá; echó por tierra, profanó al reino con sus jefes.
Te dirás: 'Subiré contra un pa s de ciudades sin muros, iré contra gentes confiadas que viven tranquilas, habitantes todos ellos de ciudades sin murallas, que no tienen ni cerrojos ni puertas'.
surgirá un tumulto en tu pueblo: todas tus fortalezas serán destruidas, como Salmán destruyó a Bet Arbel en el d a del combate, cuando la madre fue estrellada con los hijos.
Él desencadena la ruina sobre la fortaleza, trae la destrucción sobre la ciudadela.
Entonces tomó la palabra y me respondió as: 'Ésta es la palabra de Yahveh a Zorobabel: no por el poder ni por la fuerza, sino por mi esp ritu - dice Yahveh Sebaot -.