Jerem as compuso una eleg a por Jos as; y todos los cantores y cantoras cantan todav a hoy sus eleg as por Jos as, de lo cual se ha hecho costumbre fija en Israel. Están escritas entre las Lamentaciones.
Mateo 9:23 - Biblia Castilian 2003 Cuando Jesús llegó a la casa del dignatario y vio a los flautistas y el tumulto que hac a la gente Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto, Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús llegó a la casa del oficial, vio a una ruidosa multitud y escuchó la música del funeral. Biblia Católica (Latinoamericana) Al llegar Jesús a la casa del jefe, vio a los flautistas y el alboroto de la gente. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando llegó a la casa del principal,° viendo a los flautistas y a la muchedumbre que alborotaba, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando Jesús llegó a la casa del dignatario y vio a los flautistas y el tumulto que hacía la gente Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando Jesús llegó a casa del principal, y vio los tañedores de flautas, y la gente que hacía bullicio, |
Jerem as compuso una eleg a por Jos as; y todos los cantores y cantoras cantan todav a hoy sus eleg as por Jos as, de lo cual se ha hecho costumbre fija en Israel. Están escritas entre las Lamentaciones.
de modo que morirán grandes y peque os en este pa s. No serán enterrados ni llorados, nadie se hará incisiones ni se rapará por ellos.
Gime en silencio y no hagas duelo por los muertos, cúbrete con el turbante y ponte las sandalias; no te tapes la barba ni comas pan de luto'.
Os tocamos la flauta y no habéis bailado; entonamos lamentaciones y no habéis gemido'.
Se parecen a los ni os sentados en la plaza y que gritan unos a otros aquello que dice: 'Os tocamos la flauta y no habéis bailado; entonamos lamentos y no habéis llorado'.
Bajó Pablo se echó sobre él y tomándolo en brazos dijo: 'No os preocupéis. Todav a alienta'.
Pedro al punto se fue con ellos. Llegado, le hicieron subir a la habitación de arriba y se le presentaron todas las viudas llorando y mostrándole las túnicas y mantos que les hab a hecho Gacela mientras estaba con ellas.
Ya no se escuchará más en ti voz de citaristas y de cantores, de tocadores de flauta y de trompeta. Ya no se encontrará más en ti artesano de arte alguna. Ya no se escuchará más en ti el ruido de la rueda de molino.