y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto. Y todos los que lo tocaron quedaron curados.
Mateo 9:20 - Biblia Castilian 2003 Entre tanto, una mujer que padec a flujo de sangre desde hac a doce a os se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; Biblia Nueva Traducción Viviente Justo en ese momento, una mujer quien hacía doce años que sufría de una hemorragia continua se le acercó por detrás. Tocó el fleco de la túnica de Jesús Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras iba de camino, una mujer que desde hacía doce años padecía hemorragias, se acercó por detrás y tocó el fleco de su manto. La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se acercó por detrás y agarró el borde° de su manto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entre tanto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí una mujer que estaba enferma de flujo de sangre por ya doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto. |
y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto. Y todos los que lo tocaron quedaron curados.
Hacen todas sus obras para que los hombres los vean: por eso ensanchan sus filacterias y se ponen grandes borlas en el manto;
Y adondequiera que llegaba, aldeas o ciudades o caser os, colocaban a los enfermos en las plazas, y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto; y cuantos lograban tocarlo, todos sanaban.
Llegan a Betsaida. Entonces le traen un ciego y le suplican que lo toque.
hasta tal punto que bastaba con que aplicaran a los enfermos pa uelos o delantales que él hubiera tocado para que desaparecieran las enfermedades y salieran los malos esp ritus.
hasta el extremo de sacar los enfermos a las plazas y ponerlos sobre lechos y camillas, para que, al paso de Pedro, siquiera su sombra tocara a alguno de ellos.