Anda, pues, y come con gozo tu pan y bebe tu vino, porque ya Dios se ha complacido en tu conducta.
Mateo 9:2 - Biblia Castilian 2003 Entonces le presentaron un paral tico tendido en una camilla. Cuando Jesús vio la fe que ten an, dijo al paral tico: '¡Ánimo, hijo! Te quedan perdonados tus pecados'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. Biblia Nueva Traducción Viviente Unos hombres le llevaron a un paralítico en una camilla. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo mío! Tus pecados son perdonados». Biblia Católica (Latinoamericana) Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: '¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!' La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí le trajeron un paralítico, echado en un catre, y viendo Jesús la fe° de ellos,° dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo, tus pecados te son perdonados. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces le presentaron un paralítico tendido en una camilla. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo al paralítico: '¡Ánimo, hijo! Te quedan perdonados tus pecados'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí, le trajeron a un paralítico echado en una cama; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, ten ánimo, tus pecados te son perdonados. |
Anda, pues, y come con gozo tu pan y bebe tu vino, porque ya Dios se ha complacido en tu conducta.
Disipé como niebla tus culpas, como un nublado tus pecados. Vuelve a m, que te he redimido.
Su fama se extendió por toda Siria. Le tra an a todos los que se sent an mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paral ticos; y él los curaba.
y perdónanos nuestras deudas, como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
Cuando Jesús lo oyó, quedó admirado y dijo a los que le segu an: 'Os lo aseguro: en Israel, en nadie encontré tanta fe.
Llegada la tarde, le presentaron muchos endemoniados. Expulsó con su palabra a los esp ritus y curó a todos los que estaban enfermos,
Jesús se volvió y, mirándola, le dijo: '¡Ánimo, hija! Tu fe te ha salvado'. Y quedó curada la mujer desde aquel momento.
¿Pues qué es más fácil, decir: 'Te quedan perdonados tus pecados', o decir: 'Levántate y anda'?
Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados - entonces dice al paral tico -: 'Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa''.
Llegada la tarde, después de ponerse el sol, le presentaban todos los enfermos y endemoniados.
Jesús entonces se detuvo y dijo: 'Llamadlo'. Llaman, pues, al ciego, diciéndole: '¡Ánimo! Levántate, que te llama'.
Pero él le dijo: 'Hija m a, tu fe te ha salvado; vete en paz, y queda ya curada de tu enfermedad'.
pues todos lo hab an visto y se sobresaltaron. Pero él habló en seguida con ellos diciéndoles: '¡Ánimo! Soy yo. No tengáis miedo'.
Os he dicho esto, para que en m tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación; pero tened buen ánimo: yo he vencido al mundo'.
y no ten a necesidad de que le atestiguaran nada de nadie; porque él sab a lo que hay en el interior de cada uno.
D celes Jesús: 'Muchachos, ¿no tenéis algo que comer?'. Ellos le respondieron: 'No'.
Este hombre escuchaba a Pablo, quien, fijándose en él y viendo que ten a fe para ser curado,
hasta tal punto que bastaba con que aplicaran a los enfermos pa uelos o delantales que él hubiera tocado para que desaparecieran las enfermedades y salieran los malos esp ritus.
A la noche siguiente, se le apareció el Se or y le dijo: '¡Ánimo! Como has dado testimonio de m en Jerusalén, tienes que darlo también en Roma'.
Y no sólo esto; sino que también nos sentimos gozosamente seguros en Dios, por nuestro Se or Jesucristo, por cuyo medio hemos recibido ahora la reconciliación.
Más aún, alguno podrá decir: 'Tú tienes fe, pues yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, que yo te mostraré, por las obras, mi fe'.