Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Mateo 8:29 - Biblia Castilian 2003

Y se pusieron a gritar: '¿Qué tienes tú que ver con nosotros, Hijo de Dios? ¿Viniste antes de tiempo para atormentarnos?'.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Comenzaron a gritarle: «¿Por qué te entrometes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para torturarnos antes del tiempo establecido por Dios?».

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Y se pusieron a gritar: '¡No te metas con nosotros, Hijo de Dios! ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?'

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Y de súbito gritaron, diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Viniste acá antes de tiempo para atormentarnos?

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y se pusieron a gritar: '¿Qué tienes tú que ver con nosotros, Hijo de Dios? ¿Viniste antes de tiempo para atormentarnos?'.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y he aquí, clamaron diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Mateo 8:29
20 Referans Kwoze  

Pero el rey respondió: '¿Qué tengo yo que ver con vosotros, hijos de Servia? Déjalo que me insulte. Porque si Yahveh le dice: 'Insulta a David', ¿quién podrá decirle: 'Por qué haces eso?''.


Abisay, hijo de Servia, tomó la palabra y dijo: '¿No va a morir Seme por haber ultrajado al ungido de Yahveh?'.


Ella dijo entonces a El as: '¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios? ¿Has venido a mi para recordar mis culpas y hacer morir a mi hijo?'.


Pero Eliseo dijo al rey de Israel: '¿Qué tengo yo que ver contigo? Vete a los profetas de tu padre y a los de tu madre'. El rey de Israel le respondió: 'No; es que Yahveh ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab'.


Necó le envió mensajeros a decirle: '¿Qué problema hay entre nosotros, rey de Judá? Hoy no vengo contra ti, sino contra uno con quien estoy en guerra; y Dios me ha dicho que me dé prisa. Deja de oponerte a Dios, que está conmigo, no sea que él te aniquile'.


El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que venga el d a de Yahveh, grande y terrible.


El tentador se le acercó y le dijo: 'Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes'.


A cierta distancia de ellos pac a una gran piara de cerdos


'¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Yo sé bien quién eres: ¡el Santo de Dios!'.


También los esp ritus impuros, cuando lo ve an, se postraban ante él gritando: 'Tú eres el Hijo de Dios'.


y a grandes gritos le dice: '¿Qué tienes tú que ver conmigo, Jesús, Hijo del Dios Alt simo? Por Dios te conjuro que no me atormentes'.


'¡Vaya! ¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Yo sé bien quién eres: ¡el Santo de Dios!'.


También los demonios sal an de muchos, gritando: 'Tú eres el Hijo de Dios'. Pero él les increpaba y no les permit a decirlo, porque sab an que él era el Cristo.


Cuando vio a Jesús, se echó a sus pies y dijo a grandes gritos: '¿Qué tienes tú que ver conmigo, Jesús, Hijo del Dios Alt simo? Por favor, te ruego que no me atormentes'.


Pero Jesús le responde: '¿Qué nos va a m y a ti, mujer? Todav a no ha llegado mi hora'.


Nos segu a a Pablo y a nosotros, gritando: 'Estos hombres son siervos del Dios Alt simo, que os anuncian el camino de salvación'.


¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios creen y tiemblan.


Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en el abismo, en cavernas tenebrosas, los entregó para ser custodiados hasta el juicio.


Y a los ángeles que no supieron conservar su alto rango, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con cadenas perpetuas, sepultados en tinieblas, para el juicio del gran d a.


Jefté despachó mensajeros al rey de los amonitas para que le dijeran: '¿Qué hay entre nosotros, para que vengas tú contra m a hacer la guerra a mi pa s?'.