Mateo 8:28 - Biblia Castilian 2003 Cuando llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados, que sal an de los sepulcros. Eran tan furiosos que nadie se atrev a a pasar por aquel camino. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús llegó al otro lado del lago, a la región de los gadarenos, dos hombres que estaban poseídos por demonios salieron a su encuentro. Salían de entre las tumbas y eran tan violentos que nadie podía pasar por esa zona. Biblia Católica (Latinoamericana) Al llegar a la otra orilla, a la tierra de Gadara, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y vinieron a su encuentro. Eran hombres tan salvajes que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. La Biblia Textual 3a Edicion Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, furiosos en extremo; tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados, que salían de los sepulcros. Eran tan furiosos que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando Él llegó a la otra ribera, a la región de los gergesenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, fieros en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. |
Su fama se extendió por toda Siria. Le tra an a todos los que se sent an mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paral ticos; y él los curaba.
Los hombres quedaron admirados y se preguntaban: '¿Qué clase de hombre es éste, que hasta los vientos y la mar le obedecen?'.
cómo Dios ungió con Esp ritu Santo y poder a Jesús de Nazaret, que pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Cuando Yahveh, tu Dios, te haya introducido en la tierra en la que vas a entrar para tomar posesión de ella y haya arrojado delante de ti a muchas naciones: a los hititas, los guirgaseos, los amorreos, los cananeos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos, siete naciones más numerosas y poderosas que tú,
En los d as de Sangar, hijo de Anat, en los d as de Yael, no hab a caravanas; los que antes caminaban por calzadas andaban ahora por senderos tortuosos.