Tomó Abrahán la le a del holocausto y la cargó sobre Isaac su hijo; él tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos.
Mateo 8:17 - Biblia Castilian 2003 para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isa as cuando dijo: Él mismo tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias. Biblia Nueva Traducción Viviente Así se cumplió la palabra del Señor por medio del profeta Isaías, quien dijo: «Se llevó nuestras enfermedades y quitó nuestras dolencias». Biblia Católica (Latinoamericana) Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Isaías: Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades. La Biblia Textual 3a Edicion para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías, que dice: Él tomó nuestras debilidades° y llevó las enfermedades.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías cuando dijo: Él mismo tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias. |
Tomó Abrahán la le a del holocausto y la cargó sobre Isaac su hijo; él tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos.
En verdad, él llevó nuestras enfermedades, y nuestros dolores él se los cargó. ¡Y nosotros lo ten amos por un castigado, y humillado golpeado por Dios!
Todo esto sucedió en cumplimiento de lo que hab a dicho el Se or por el profeta:
Y se quedó all hasta la muerte de Herodes. Se cumplió as lo que hab a dicho el Se or por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
y se fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret. Se cumplió as lo anunciado por los profetas: que ser a llamado Nazareno.
Llegada la tarde, después de ponerse el sol, le presentaban todos los enfermos y endemoniados.
A la ca da del sol, todos los que ten an enfermos de diversas dolencias se los llevaron a él; él les iba imponiendo las manos uno por uno y los curaba.
Por eso me complazco, por amor de Cristo, en flaquezas, insultos, necesidades, persecuciones y angustias; porque cuando me siento débil, entonces soy fuerte.
Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo y los subió al madero, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus cardenales habéis sido curados.