Me brota del corazón un bello canto, voy a recitar poemas para el rey, mi lengua es la ágil pluma de un escriba.
Mateo 7:28 - Biblia Castilian 2003 Cuando acabó Jesús estos discursos, la gente se quedó maravillada de su manera de ense ar; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús terminó de decir esas cosas, las multitudes quedaron asombradas de su enseñanza, Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba, La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes quedaron asombradas de su enseñanza, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando acabó Jesús estos discursos, la gente se quedó maravillada de su manera de enseñar; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y fue que, cuando Jesús hubo acabado estas palabras, la gente se maravillaba de su doctrina; |
Me brota del corazón un bello canto, voy a recitar poemas para el rey, mi lengua es la ágil pluma de un escriba.
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce disc pulos, se fue de all, para ense ar y predicar en sus ciudades.
Cuando Jesús acabó estos discursos partió de Galilea y se fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán.
Cayó la lluvia, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y batieron contra la casa aquella; se derrumbó, y su ruina fue completa.
Y se quedaban atónitos de su manera de ense ar, porque les ense aba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Cuando los pont fices y los escribas se enteraron buscaban la manera de acabar con él; pero le ten an miedo, porque todo el pueblo estaba maravillado de su ense anza.
Llegado el sábado, comenzó a ense ar en la sinagoga; los numerosos oyentes estaban sorprendidos y dec an: '¿Pero de dónde le vienen a éste tales cosas, qué sabidur a es ésa que le ha sido dada y esos grandes prodigios realizados por sus manos?
pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus labios.
Todos los que lo o an se quedaban asombrados de su talento y de sus respuestas.
Y todos se manifestaban en su favor y se maravillaban de las palabras llenas de gracia salidas de su boca; y dec an: '¿Pero no es éste el hijo de José?'.
y se quedaban atónitos de su manera de ense ar, porque su palabra estaba revestida de autoridad.
Los jud os se quedaban admirados y dec an: '¿Cómo éste sabe de letras, sin haber estudiado?'.