El profeta respondió: 'También yo soy profeta como tú, y un ángel me ha dicho por orden de Yahveh: 'Hazlo volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua''. Con estas palabras le enga ó.
Mateo 7:15 - Biblia Castilian 2003 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Biblia Nueva Traducción Viviente »Ten cuidado de los falsos profetas que vienen disfrazados de ovejas inofensivas pero en realidad son lobos feroces. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. La Biblia Textual 3a Edicion Guardaos de los falsos profetas, que vienena vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. |
El profeta respondió: 'También yo soy profeta como tú, y un ángel me ha dicho por orden de Yahveh: 'Hazlo volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua''. Con estas palabras le enga ó.
As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel, acerca de Ajab, hijo de Colayas, y acerca de Sedec as, hijo de Maas as, que os profetizan mentira en mi nombre. 'Mirad: voy a entregarlos en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que los hará matar ante vuestros ojos;
por eso, as dice Yahveh. Mirad: voy a castigar a Sema as de Nejelán y a su descendencia; no tendrá a nadie que habite en medio de este pueblo, ni verá el bien que voy a hacer a mi pueblo - oráculo de Yahveh -, pues ha predicado rebelión contra Yahveh'.
los profetas de Israel, los que profetizan acerca de Jerusalén y ven para ella visiones de paz, cuando no hay paz' - oráculo del Se or Yahveh.'
Puesto que desanimáis el corazón del justo con enga os cuando yo no le contristo, y vigorizáis las manos del malvado, de modo que no se convierta de su mala conducta para que viva,
Dentro de ella, sus pr ncipes son como león rugiente que desgarra la presa: devoran personas, se apoderan de haciendas y objetos preciosos, multiplican el número de viudas dentro de ella.
Sus jefes, dentro de ella, son como lobos que desgarran la presa, derramando sangre y matando a las personas para hacer su negocio.
Mientras ellos caen, recibirán la ayuda de unos pocos y muchos se les unirán con fines ego stas.
Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes ense an por lucro, sus profetas adivinan por dinero, y se apoyan en Yahveh, diciendo: '¿No está Yahveh entre nosotros? ¡No nos sucederá nada malo!'.
Aquel d a sucederá que, cuando profeticen, los profetas se avergonzarán de sus propias visiones y no se vestirán el manto de pelo para mentir,
Tened mucho cuidado con la gente: porque os entregarán a los tribunales del sanedr n y os azotarán en sus sinagogas;
¿Cómo no entendéis que no me refer a a los panes? Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos'.
Jesús les dijo: 'Estad alerta y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos'.
y es estrecha la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que dan con ella.
Entonces les dijo: 'Guardaos muy bien de toda avidez, porque no por estar uno en la abundancia los bienes que posee le garantizan la vida'.
¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! Porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos profetas.
El asalariado, el que no es pastor ni due o de las ovejas, apenas ve acercarse el lobo, abandona las ovejas y sale huyendo - mientras el lobo las arrebata y las dispersa -;
Atravesaron toda la isla hasta Pafos. Encontraron aqu a cierto hombre, mago y falso profeta jud o, por nombre Bar Jesús,
Y esto a pesar de los intrusos, falsos hermanos que se hab an introducido solapadamente para espiar nuestra libertad, la que tenemos en Cristo Jesús, y reducirnos a esclavitud.
para que ya no seamos ni os, sacudidos por las olas y llevados de acá para allá por todo viento de doctrina, a merced de las trampas de los hombres y de la astucia que urde las artima as del error,
Nadie os enga e con vanas palabras; pues por estas cosas viene la ira de Dios sobre los rebeldes.
¡Guardaos de los perros; guardaos de los malos obreros; guardaos de la falsa circuncisión!
Cuidad de que no haya nadie que haga de vosotros fácil presa por medio de la filosof a y de vanos enredos según las tradiciones humanas y los elementos del mundo, y no según Cristo;
Pero los hombres malvados e impostores irán de mal en peor, enga ando y enga ados.
Porque vendrá tiempo en que no soportarán la ense anza saludable, sino que, llevados del propio capricho, se rodearán de maestros para que les halaguen el o do,
Vosotros, pues, queridos hermanos, que lo sabéis de antemano, guardaos; no sea que, arrastrados por el error de hombres sin ley, caigáis de vuestra propia firmeza.
Queridos m os, no os fiéis de todo esp ritu, sino examinad si los esp ritus son de Dios, porque han salido al mundo muchos falsos profetas.
Se han infiltrado, en efecto, algunos hombres imp os, inscritos ya desde antiguo para este juicio, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y que niegan al único Soberano y Se or nuestro, Jesucristo.
Vi salir de las fauces del dragón, de las fauces de la bestia y de la boca del falso profeta tres esp ritus inmundos, como sapos.
Vi que la mujer estaba ebria de la sangre del pueblo santo y de la sangre de los testigos de Jesús. Su visión me dejó estupefacto.
Cayó prisionera la bestia, y con ella el falso profeta, el que hac a a su servicio las se ales con las que extravió a los que recibieron la marca de la bestia y a cuantos adoraron su imagen. Ambos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde en azufre.
El diablo que los hab a seducido fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta, y serán atormentados d a y noche por los siglos de los siglos.