Por eso me dirijo por todos tus preceptos y aborrezco el camino de mentira.
Mateo 5:19 - Biblia Castilian 2003 El que viole, pues, uno solo de estos mandamientos m nimos y ense e as a los hombres, m nimo será en el reino de los cielos; pero el que los cumpla y los ense e, ése será grande en el reino de los cielos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces, si no hacen caso al más insignificante mandamiento y les enseñan a los demás a hacer lo mismo, serán llamados los más insignificantes en el reino del cielo; pero el que obedece las leyes de Dios y las enseña será llamado grande en el reino del cielo. Biblia Católica (Latinoamericana) Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos. La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, cualquiera que suprima uno solo de estos mandamientos más pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos, pero cualquiera que los practique° y enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El que viole, pues, uno solo de estos mandamientos mínimos y enseñe así a los hombres, mínimo será en el reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, ése será grande en el reino de los cielos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) De manera que cualquiera que quebrantare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, será llamado muy pequeño en el reino del cielo; mas cualquiera que los hiciere y enseñare, este será llamado grande en el reino del cielo. |
Por eso me dirijo por todos tus preceptos y aborrezco el camino de mentira.
Los sabios brillarán como el resplandor del firmamento; y los que ense aron a muchos la justicia, como las estrellas, por siempre jamás.'
Os lo aseguro: entre los nacidos de mujer, no ha surgido uno mayor que Juan el Bautista. Con todo, el más peque o en el reino de los cielos es mayor que él.
Jesús les contestó: 'Os lo aseguro: cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, en la regeneración, vosotros los que me habéis seguido, también os sentaréis en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Pero no ha de ser as entre vosotros; al contrario, el que quiera entre vosotros ser grande, sea vuestro servidor,
y ense ándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Y mirad: yo estoy con vosotros todos los d as hasta el final de los tiempos'.
Porque será grande a los ojos del Se or; jamás beberá vino ni bebida embriagante; estará lleno de esp ritu santo desde el seno de su madre;
Pero ¡ay de vosotros, fariseos, que os preocupáis por el diezmo de la menta, de la ruda y de toda clase de hortalizas, y faltáis a la justicia y al amor de Dios! Esto es lo que hab a que practicar, sin omitir aquello.
y les dijo: 'Quien acoge a este ni o en mi nombre, es a m a quien acoge; y quien me acoge a m, acoge a aquel que me envió. Porque el que es más peque o entre todos vosotros, ése es grande'.
En mi primer relato escrib, Teófilo, acerca de todo lo que Jesús hizo y ense ó
¿Y por qué - como se nos calumnia y como algunos dicen que afirmamos nosotros - no habr amos de hacer el mal para que venga el bien? Con toda justicia son condenados estos tales.
¿Qué diremos, pues? ¿Que permanezcamos en el pecado, para que la gracia se multiplique?
Entonces, ¿qué? ¿Podemos pecar, puesto que ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡Ni pensarlo!
Maldito el que no mantenga en vigor las palabras de esta Ley y no las ponga en práctica. Y todo el pueblo dirá: Amén.
Pero tú, que eres hombre de Dios, huye de estas cosas; corre en busca de la honradez, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la mansedumbre.
He aqu una afirmación digna de crédito, y quiero que tú la mantengas con tesón: que los que han cre do en Dios se comprometan a sobresalir en obras buenas. Esto es bueno y provechoso a los hombres.
Y cuando aparezca el mayoral, conseguiréis la corona inmarchitable de la gloria.
Pero tengo contra ti que toleras a Jezabel, esa mujer que se proclama a s misma profetisa y ense a y seduce a mis siervos a fornicar y a comer de lo inmolado a los dolos.
Por eso, éste es el oráculo de Yahveh, Dios de Israel: yo hab a dicho que tu casa y la casa de tu padre caminar an en mi presencia por siempre. Pero ahora - oráculo de Yahveh -, ¡lejos de m tal cosa! Porque yo honro a los que me honran y desprecio a los que me desprecian.