No se humillen por m los que en ti esperan, Adonay Se or de los ejércitos, ni se azoren por m los que te buscan, oh Dios de Israel.
Mateo 27:29 - Biblia Castilian 2003 Luego, le pusieron en la cabeza una corona que hab an entretejido con espinas, y en la mano derecha una ca a. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban, diciendo: '¡Salve, rey de los jud os!'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! Biblia Nueva Traducción Viviente Armaron una corona con ramas de espinos y se la pusieron en la cabeza y le colocaron una caña de junco en la mano derecha como si fuera un cetro. Luego se arrodillaron burlonamente delante de él mientras se mofaban: «¡Viva el rey de los judíos!». Biblia Católica (Latinoamericana) Después le colocaron en la cabeza una corona que habían trenzado con espinos y en la mano derecha le pusieron una caña. Doblaban la rodilla ante Jesús y se burlaban de él, diciendo: '¡Viva el rey de los judíos!' La Biblia Textual 3a Edicion Y trenzaron una corona° de espinas y la colocaron sobre su cabeza, y pusieron una caña en su diestra; y arrodillándose ante Él, se burlaron, diciendo: ¡Salve,° rey de los judíos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego, le pusieron en la cabeza una corona que habían entretejido con espinas, y en la mano derecha una caña. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban, diciendo: '¡Salve, rey de los judíos!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza; y una caña en su mano derecha, e hincada la rodilla delante de Él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! |
No se humillen por m los que en ti esperan, Adonay Se or de los ejércitos, ni se azoren por m los que te buscan, oh Dios de Israel.
(7a) As dice Yahveh, redentor de Israel, su Santo, al despreciado en el alma, al aborrecido de las gentes, al siervo de los tiranos:
despreciado y abandonado de los hombres, varón de dolores, familiarizado con la dolencia, como aquél ante quien se tapa el rostro, despreciado, de modo que no le hicimos caso.
Tú me sedujiste, Yahveh, y yo me dejé seducir. Fuiste más fuerte que yo y contra m prevaleciste. Sirvo de irrisión todo el d a; todos ellos se burlan de m.
y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él y lo azoten y lo crucifiquen; pero el tercer d a resucitará'.
Y en seguida, acercándose a Jesús, le dijo: '¡Salve, Rabb ! '. Y lo besó.
Encima de su cabeza pusieron escrita la causa de su condena: ÉSTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.
Lo visten de púrpura y le ci en una corona de espinas que hab an entretejido;