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Mateo 27:2 - Biblia Castilian 2003

lo ataron y lo llevaron y entregaron al procurador Pilato.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego, lo ataron, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador romano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Luego lo ataron y lo llevaron para entregárselo a Pilato, el gobernador.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y habiéndolo atado, lo llevaron y lo entregaron a° Pilato, el procurador.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

lo ataron y lo llevaron y entregaron al procurador Pilato.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.

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Lòt tradiksyon



Mateo 27:2
25 Referans Kwoze  

Llegaron al lugar que le hab a indicado Dios y edificó all Abrahán un altar, dispuso la le a, ató a Isaac, su hijo y lo puso sobre el altar, encima de la le a.


y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él y lo azoten y lo crucifiquen; pero el tercer d a resucitará'.


Y si esto llega a o dos del procurador, nosotros lo convenceremos y conseguiremos que no os pase nada''.


En aquel momento se presentaron unos para contarle lo de los galileos, cuya sangre hab a mezclado Pilato con la de las v ctimas que ofrec an.


Luego ellos se pusieron a acecharlo y le enviaron esp as que fingieran ser hombres virtuosos, para sorprenderlo en alguna palabra, con el fin de entregarlo al poder y autoridad del procurador.


Se levantó, pues, toda la asamblea en pleno, y lo llevaron ante Pilato.


Y aquel mismo d a, Herodes y Pilato, que antes estaban enemistados entre s, se hicieron amigos.


En el a o quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y de la Tracon tide, y Lisanias tetrarca de Abilene,


Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los jud os prendieron a Jesús, lo ataron


Luego, Anás lo envió, atado, a Caifás, el sumo sacerdote.


Desde casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era muy de ma ana. Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y as poder comer la pascua.


Cuando Herodes se dispon a a hacerlo comparecer, aquella misma noche, estaba Pedro durmiendo en medio de dos soldados, sujeto con dos cadenas; y guardias ante la puerta custodiaban la cárcel.


Se acercó entonces el tribuno y, apoderándose de él, mandó sujetarle con dos cadenas, al tiempo que trataba de averiguar quién era y qué hab a hecho.


Estaba ya sujeto con las correas cuando dijo Pablo al centurión all presente: '¿Os está permitido flagelar a un ciudadano romano sin juicio previo?'.


Al instante, pues, se apartaron los que se dispon an a torturarlo. El tribuno tuvo miedo al saber que lo hab a hecho encadenar siendo romano.


Pero cumplido un bienio, Porcio Festo sucedió a Félix y éste, deseando ganarse el favor los jud os, dejó a Pablo en la cárcel.


Por esta causa he pedido veros y hablaros. Porque por la esperanza de Israel llevo yo esta cadena'.


El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis en presencia de Pilato, mientras éste se inclinaba a dejarlo en libertad.


Porque en verdad se confabularon en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y las tribus de Israel,


y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer presos a Jerusalén a todos cuantos encontrara adictos al Camino, hombres o mujeres.


Y ahora, en la presencia de Dios, que da vida a todos los seres, y de Cristo Jesús, que proclamó tan bella confesión ante Poncio Pilato, te encargo solemnemente


Por él soporto el sufrimiento, incluso el de las cadenas, como si fuera un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada.


Acordaos de los presos, como si compartierais con ellos la prisión; de los torturados, como si también vosotros estuvierais dentro de su piel.


Dijéronle ellos: 'Hemos bajado para atarte y entregarte a los filisteos'. Él les replicó: 'Juradme que vosotros no me vais a matar'.