El profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas y le dijo: 'C ete la cintura, toma esta alcuza de aceite en la mano y vete a Ramot de Galaad.
Mateo 26:7 - Biblia Castilian 2003 se le acercó una mujer con un frasco de alabastro, lleno de perfume de mucho valor, y se lo derramó en la cabeza mientras él estaba a la mesa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras comía, entró una mujer con un hermoso frasco de alabastro que contenía un perfume costoso, y lo derramó sobre la cabeza de Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) Se acercó a él una mujer, mientras estaba a la mesa, con un frasco de mármol precioso lleno de un perfume muy caro, y se lo derramó en la cabeza. La Biblia Textual 3a Edicion se le acercó una mujer que tenía un frasco de alabastro,° lleno de un ungüento muy costoso, y estando reclinado° a la mesa, lo derramó sobre su cabeza. Biblia Serafín de Ausejo 1975 se le acercó una mujer con un frasco de alabastro, lleno de perfume de mucho valor, y se lo derramó en la cabeza mientras él estaba a la mesa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) vino a Él una mujer, trayendo un frasco de alabastro de ungüento de mucho precio, y lo derramó sobre la cabeza de Él, estando Él sentado a la mesa. |
El profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas y le dijo: 'C ete la cintura, toma esta alcuza de aceite en la mano y vete a Ramot de Galaad.
Es como óleo fragante que cae sobre la cabeza, por la barba desciende - la barba de Aarón, que le baja hasta la franja del vestido -,
Una mosca muerta echa a perder el ungüento del perfumista. Un poco de necedad pesa más que la sabidur a y la gloria.
Lleva en todo tiempo blancas vestiduras, y no falte el perfume en tu cabeza.
más suave el olor de tus perfumes, tu nombre como bálsamo fragante. Y de ti se enamoran las doncellas.
Fuiste a Mélec con ungüentos, prodigaste tus perfumes; enviaste tus legados a lo lejos, allá abajo hasta el seol.
Cuando los disc pulos lo vieron, dec an indignados: '¿A qué viene este derroche?
Hallándose él en Betania, en casa de Simón el leproso, mientras estaba a la mesa, vino una mujer con un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo auténtico muy caro; rompió el frasco y le derramó el perfume sobre la cabeza.
No me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha ungido mis pies con perfume.