Pero el rey le dijo: '¿Cuántas veces he de conjurarte a que no me digas más que la verdad en nombre de Yahveh?'.
Mateo 26:63 - Biblia Castilian 2003 Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: 'Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero Jesús guardó silencio. Entonces el sumo sacerdote le dijo: —Te exijo, en el nombre del Dios viviente, que nos digas si eres el Mesías, el Hijo de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Jesús se quedó callado.
Entonces el sumo sacerdote le dijo: 'En el nombre del Dios vivo te ordeno que nos contestes: ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios?' La Biblia Textual 3a Edicion Pero Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: ¡Te conjuro por el Dios° viviente que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: 'Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas Jesús callaba. Y el sumo sacerdote respondiendo, le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. |
Pero el rey le dijo: '¿Cuántas veces he de conjurarte a que no me digas más que la verdad en nombre de Yahveh?'.
Pero el rey le dijo: '¿Cuántas veces he de conjurarte a que no me digas más que la verdad en nombre de Yahveh?'.
Como anhela la cierva al lado del torrente, as te anhela a ti, oh Dios, el alma m a.
El cómplice del ladrón se odia a s mismo: oye la maldición, pero no lo denuncia.
Era maltratado, y él se humillaba y no abr a la boca, como cordero llevado al matadero y como oveja muda ante sus esquiladores. Él no abr a la boca.
Sidrac, Misac y Abdénago respondieron al rey Nabucodonosor: 'No necesitamos dar una respuesta a tu pregunta.
'Si una persona peca porque, habiendo sido conjurada para declarar, y siendo ella testigo por haberlo visto o sabido, no lo denunció y ha incurrido, por consiguiente, en una falta;
Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: 'Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo'.
Entonces se levantó el sumo sacerdote y le preguntó: '¿Nada respondes? ¿Qué es lo que éstos testifican contra ti?'.
Pero a las acusaciones de los pont fices y los ancianos, él nada respond a.
Pero él no contestó ni una sola palabra a nada, de forma que el procurador estaba muy extra ado.
y diciendo: 'Tú, que destruyes el templo y en tres d as lo reconstruyes: si eres Hijo de Dios sálvate a ti mismo y baja de la cruz'.
Tiene puesta su confianza en Dios: que Dios lo libere ahora, si tanto le ama, puesto que dijo: 'Soy Hijo de Dios''.
Cuando el centurión y los que con él estaban custodiando a Jesús sintieron el terremoto y lo que pasaba quedaron sobrecogidos de espanto y dec an: 'Realmente, éste era Hijo de Dios'.
El tentador se le acercó y le dijo: 'Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes'.
Pero él callaba y no respond a nada. De nuevo el sumo sacerdote le pregunta y le dice: '¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?'.
Natanael le respondió: ' Rabb, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el rey de Israel'.
Lo rodearon los jud os para preguntarle: '¿Hasta cuándo nos vas a tener en vilo? Si tú eres el Cristo, d noslo claramente'.
¿cómo dec s vosotros, de aquel a quien el Padre ha consagrado y enviado al mundo: 'Tú blasfemas', porque he dicho: 'Soy Hijo de Dios?'.
Entonces le dijo Pilato: '¿Conque tú eres rey?'. Respondió Jesús: 'S, soy rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz'.
Respondiéronle los jud os: 'Nosotros tenemos una ley y según esa ley debe morir, porque se ha declarado Hijo de Dios'.
Y entrando otra vez en el pretorio, le dice a Jesús: '¿De dónde eres tú?'. Pero Jesús no le dio respuesta alguna.
Éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
Preguntábanle, pues: '¿Y quién eres tú?'. Jesús les contestó: 'El principio, el que ahora os está hablando.
Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que nosotros, Silvano, Timoteo y yo, proclamamos entre vosotros, no fue s y no, sino que en él se realizó el s.
Cuando lo insultaban, no devolv a el insulto; cuando padec a, no amenazaba, sino que se entregaba al que juzga con justicia.
Estaban aquel d a los israelitas extenuados. Saúl hab a conjurado al pueblo: '¡Maldito quien coma algo antes del atardecer, antes de que me vengue de mis enemigos!'. Por ello, nadie de la tropa probó bocado.
Entró la gente en el bosque y vió cómo hab a miel destilada, pero nadie se atrevió a llevársela a la boca, por miedo a la imprecación.
Entonces uno de la tropa le dijo: 'Tu padre ha conjurado solemnemente al pueblo: '¡Maldito quien hoy coma algo!'. Y la gente se encuentra extenuada'.