Pero Yahveh me dijo: Ni aunque Moisés y Samuel estuvieran ante m, se volver a mi alma hacia este pueblo. Échalos de mi presencia y que se vayan.
Mateo 25:9 - Biblia Castilian 2003 Pero las sensatas contestaron: 'No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras, mejor es que vayáis a los vendedores y os lo compréis'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Biblia Nueva Traducción Viviente »Sin embargo, las sabias contestaron: “No tenemos suficiente para todas. Vayan a una tienda y compren un poco para ustedes”. Biblia Católica (Latinoamericana) Las precavidas dijeron: 'No habría bastante para ustedes y para nosotras; vayan mejor a donde lo venden, y compren para ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion Pero las prudentes respondieron, diciendo: Id más bien a los que venden y comprad para vosotras mismas, no sea que no° haya suficiente para nosotras y vosotras. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero las sensatas contestaron: 'No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras, mejor es que vayáis a los vendedores y os lo compréis'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas las prudentes respondieron, diciendo: No; no sea que no haya suficiente para nosotras y vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras. |
Pero Yahveh me dijo: Ni aunque Moisés y Samuel estuvieran ante m, se volver a mi alma hacia este pueblo. Échalos de mi presencia y que se vayan.
y estuvieran en él, Noé, Daniel y Job, ¡pormivida! - oráculo del Se or Yahveh -, que ni a hijo ni a hija salvar an; ellos, por su justicia, se salvar an a s mismos'.
Mirad que os env o como ovejas en medio de lobos; sed, por tanto, cautelosos como serpientes y sencillos como palomas.
Las necias dijeron a las sensatas: 'Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan'.
En resumen, todo aquel que oye estas palabras m as y las pone en práctica se parecerá al hombre sensato que construyó su casa sobre la roca.
Arrepiéntete, pues, de éste tu pecado, y ruega al Se or a ver si se te perdona este mal pensamiento de tu corazón;