¿Quién es el temeroso del Se or? Él le ense a el camino que tiene que elegir.
Mateo 2:9 - Biblia Castilian 2003 Después de o r al rey, se pusieron en marcha. La estrella que hab an visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que vino a pararse encima del lugar donde estaba el ni o. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Biblia Nueva Traducción Viviente Después de esa reunión, los sabios siguieron su camino, y la estrella que habían visto en el oriente los guio hasta Belén. Iba delante de ellos y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Biblia Católica (Latinoamericana) Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. La Biblia Textual 3a Edicion Después de oír al rey, ellos se fueron, y he aquí la estrella que vieron en el oriente los precedía, hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después de oír al rey, se pusieron en marcha. La estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que vino a pararse encima del lugar donde estaba el niño. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. |
¿Quién es el temeroso del Se or? Él le ense a el camino que tiene que elegir.
preguntando: '¿Dónde está el rey de los jud os que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo'.
Los encaminó hacia Belén y les dijo: 'Id e informaos puntualmente acerca de ese ni o y, cuando lo encontréis, avisadme, para que también yo vaya a adorarlo'.
Nos confirma as la palabra profética, a la que hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro, hasta que despunte el d a y salga el lucero de la ma ana en vuestro corazón.