Éstos estaban también al frente de los acarreadores y dirig an a todos los trabajadores ocupados en las distintas tareas. Hab a, además, levitas que eran escribas, inspectores y porteros.
Mateo 2:4 - Biblia Castilian 2003 Y convocando a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, les estuvo preguntando dónde hab a de nacer el Cristo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente Mandó llamar a los principales sacerdotes y maestros de la ley religiosa y les preguntó: —¿Dónde se supone que nacerá el Mesías? Biblia Católica (Latinoamericana) Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías. La Biblia Textual 3a Edicion Y habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntaba dónde había de nacer el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y convocando a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, les estuvo preguntando dónde había de nacer el Cristo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y habiendo reunido a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo; |
Éstos estaban también al frente de los acarreadores y dirig an a todos los trabajadores ocupados en las distintas tareas. Hab a, además, levitas que eran escribas, inspectores y porteros.
Jilqu as tomó entonces la palabra y dijo a Safán, el secretario: 'He hallado el libro de la ley en el templo de Yahveh'. Y se lo entregó a Safán.
Igualmente todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus prevaricaciones, siguiendo todas las abominaciones de los pueblos, y contaminaron el templo de Yahveh, que él se hab a consagrado en Jerusalén.
Esdras se levantó e hizo jurar a los jefes de los sacerdotes, de los levitas y de todo Israel que har an conforme a lo dicho. Y ellos lo juraron.
subió de Babilonia. Esdras era un escriba versado en la ley que Yahveh, Dios de Israel, hab a dado a Moisés. Y como la mano de Yahveh, su Dios, estaba con él, el rey le concedió todo cuanto le hab a pedido.
Salú, Amoc, Jilqu as y Yedayas. Éstos eran los jefes de los sacerdotes y de sus hermanos en los d as de Josué.
Los reyes de la tierra se levantan, los pr ncipes conspiran entre ellos contra el Se or y contra su Ungido:
¿Cómo podéis decir: somos sabios, y la ley de Yahveh está con nosotros? Pero es cierto que en mentira la ha convertido la pluma mentirosa de los escribas.
Los labios del sacerdote deben guardar la instrucción, y en su boca se busca la ense anza, porque él es el mensajero de Yahveh Sebaot.
Entonces les dijo: 'Por eso todo escriba convertido en disc pulo del reino de los cielos se parece a un due o de casa que saca de su almacén lo nuevo y lo viejo'.
Ellos le respondieron: 'En Belén de Judea; pues as está escrito por el profeta:
Cuando los pont fices y !os escribas vieron los milagros que estaba haciendo y a los ni os que gritaban en el templo: '¡Hosanna al Hijo de David!', se indignaron
Entró en el templo y, mientras estaba ense ando, se acercaron los pont fices y los ancianos del pueblo y le preguntaron: '¿Con qué autoridad haces tú esas cosas y quién te dio esa autoridad?'.
Se reunieron entonces los pont fices y los ancianos del pueblo en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás,
Todav a estaba él hablando cuando llegó Judas, uno de los Doce, acompa ado de gran tropel de gente con espadas y palos, enviados por los pont fices y los ancianos del pueblo.
Llegada la ma ana, todos los pont fices y los ancianos del pueblo, en consejo contra Jesús, tomaron el acuerdo de hacerle morir;
Entonces comenzó a ense arles que el Hijo del hombre ten a que padecer mucho, que ser a reprobado por los ancianos, por los pont fices y por los escribas, y que ser a llevado a la muerte, pero que a los tres d as resucitar a;
Los escribas y los pont fices intentaron echarle mano en aquel mismo momento, porque se hab an dado cuenta de que por ellos hab a dicho esa parábola; pero tuvieron miedo al pueblo.
Entre tanto, los pont fices y los escribas estaban all, acusándolo con vehemencia.
Habiendo, pues, recibido Judas la cohorte y los guardias de los pont fices y [de] los fariseos, fue allá, con linternas, antorchas y armas.
Al enterarse los fariseos de que el pueblo rumoreaba esto acerca de él, los pont fices y los fariseos enviaron guardias para prenderlo.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer que hab a sido sorprendida en adulterio. Y poniéndola delante,
Se alzó, pues, un griter o inmenso. Se pusieron en pie algunos escribas del partido de los fariseos y declararon con firmeza: 'No encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un esp ritu o un ángel?'.
A la ma ana siguiente se reunieron en Jerusalén sus jefes, los ancianos y los escribas,
Solivientaron, pues, al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y echándose sobre él, lo prendieron y lo condujeron al sanedr n.