Que el justo me golpee y el p o me reprenda; mas el aroma del malvado no perfume mi cabeza:
Mateo 18:15 - Biblia Castilian 2003 Si tu hermano comete una falta, ve y repréndelo a solas tú con él. Si te escucha, ya te has ganado a tu hermano. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Biblia Nueva Traducción Viviente »Si un creyente peca contra ti, háblale en privado y hazle ver su falta. Si te escucha y confiesa el pecado, has recuperado a esa persona; Biblia Católica (Latinoamericana) Si tu hermano ha pecado, vete a hablar con él a solas para reprochárselo. Si te escucha, has ganado a tu hermano. La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, si tu hermano peca,° ve, repréndelo estando tú y él solos.° Si te escucha, habrás ganado a tu hermano;° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si tu hermano comete una falta, ve y repréndelo a solas tú con él. Si te escucha, ya te has ganado a tu hermano. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te escucha, has ganado a tu hermano. |
Que el justo me golpee y el p o me reprenda; mas el aroma del malvado no perfume mi cabeza:
No odies a tu hermano en tu corazón; corrige a tu prójimo, para no incurrir en pecado por su causa.
De la misma manera, no quiere vuestro Padre que está en el cielo que se pierda uno solo de estos peque os.
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: 'Se or, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano, si falta contra m ? ¿Hasta siete veces?'.
Lo mismo hará mi Padre celestial con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano'.
Y as, pecando contra los hermanos e hiriendo su conciencia débil, estáis pecando contra Cristo.
Por lo tanto, cuando os escrib, el motivo no fue ni el ofensor ni el ofendido, sino para que se pusiera de manifiesto entre vosotros vuestro interés por nosotros ante la presencia de Dios.
Hermanos, en el caso de que alguno fuera sorprendido en alguna falta, vosotros, los espirituales, procurad, con esp ritu de mansedumbre, que se levante, con la mirada puesta en ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
soportándoos mutuamente, y perdonándoos, si uno tiene alguna queja contra otro: como el mismo Se or os perdonó, as también vosotros.
y que nadie, en este asunto, ofenda o enga e a su hermano. Porque el vengador de todo esto es el Se or, como ya os lo dijimos de antemano y os lo atestiguamos.
Asimismo, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, para que si algunos se muestran rebeldes a la palabra, sin palabra alguna sean conquistados por la conducta de las mujeres,