Tú, Se or y mi Dios, eres muy grande, majestad y esplendor son tus vestidos.
Mateo 17:2 - Biblia Castilian 2003 Y all se transfiguró delante de ellos: su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras los hombres observaban, la apariencia de Jesús se transformó a tal punto que la cara le brillaba como el sol y su ropa se volvió tan blanca como la luz. Biblia Católica (Latinoamericana) A la vista de ellos su aspecto cambió completamente: su cara brillaba como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz. La Biblia Textual 3a Edicion Y fue transfigurado° ante ellos,° y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se hicieron blancas como la luz. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y allí se transfiguró delante de ellos: su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y su vestidura se hizo blanca como la luz. |
Tú, Se or y mi Dios, eres muy grande, majestad y esplendor son tus vestidos.
¿Quién es aquélla que se alza como la aurora, hermosa como la luna, brillante como el sol, terrible como ejército formado bajo las banderas?
Seis d as después, toma Jesús a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva con él a un monte alto y apartado.
En aquel momento se les aparecieron Moisés y El as, que conversaban con él.
de forma que sus vestidos se volvieron tan resplandecientes por su blancura como ningún lavandero en el mundo podr a blanquearlos as.
Y mientras estaba orando, el aspecto de su rostro se transformó y sus vestidos se volvieron de una blancura deslumbrante.
Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Nosotros vimos su gloria, gloria como de Hijo único que viene del Padre, lleno de gracia y de verdad.
'Padre quiero que donde voy a estar, estén también conmigo los que me has dado y as contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado desde antes de la creación del mundo.
No os amoldéis a las normas del mundo presente, sino procurad transformaros por la renovación de la mente, a fin de que logréis discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo agradable, lo perfecto.
Vi a otro ángel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube. Ten a sobre su cabeza el arcoiris; su rostro era como el sol y sus piernas como columnas de fuego.
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Huyeron de su presencia la tierra y el cielo, y no se les volvió a ver en ningún lugar.