Pedro le contestó: 'Se or, si eres tú, mándame ir hacia ti sobre las aguas'.
Mateo 14:29 - Biblia Castilian 2003 'Ven', le respondió. Pedro entonces saltó de la barca y, caminando sobre las aguas, se dirigió hacia Jesús. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Biblia Nueva Traducción Viviente —Sí, ven —dijo Jesús. Entonces Pedro se bajó por el costado de la barca y caminó sobre el agua hacia Jesús, Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús le dijo: 'Ven. Pedro bajó de la barca y empezó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion Él dijo: ¡Ven! Y bajando de la barca, Pedro anduvo° sobre las aguas y fue hacia Jesús. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Ven', le respondió. Pedro entonces saltó de la barca y, caminando sobre las aguas, se dirigió hacia Jesús. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas para ir a Jesús. |
Pedro le contestó: 'Se or, si eres tú, mándame ir hacia ti sobre las aguas'.
Pero viendo el viento que hab a, tuvo miedo y, al comenzar a hundirse, lanzó un grito: '¡Se or, sálvame!'.
Él les contesta: 'Por vuestra poca fe. Porque os aseguro que, si tuvierais una fe del tama o de un granito de mostaza, dir ais a este monte: 'Trasládate de aqu a allá', y se trasladar a; y nada os ser a imposible'.
Jesús les contestó: 'Os aseguro que, si tenéis fe y no titubeáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que, si dec s a este monte: 'Qu tate de ah y échate al mar', as se hará.
Replicó Jesús: 'En cuanto a eso de si puedes, todo es posible para el que cree'.
Respondió el Se or: 'Si tenéis una fe del tama o de un granito de mostaza, podr ais decir a este sicómoro: 'Desarráigate y plántate en el mar', y os obedecer a.
Pues por la fe en su nombre, a éste, a quien veis y conocéis, ese nombre le ha fortalecido. Ha sido la fe que por él se nos da la que le ha otorgado esta curación total en presencia de todos vosotros.
Y no flaqueó en su fe, aunque se dio perfecta cuenta de que su propio cuerpo estaba ya sin vigor - pues ten a casi cien a os -, y de que el seno de Sara estaba igualmente marchito.