Los secretos del Se or se dan al que le teme, y, para instruirle, su alianza.
Mateo 13:11 - Biblia Castilian 2003 Él les respondió: 'A vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos; pero a ellos, no. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Biblia Nueva Traducción Viviente —A ustedes se les permite entender los secretos del reino del cielo —les contestó—, pero a otros no. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús les respondió: 'A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos, no. La Biblia Textual 3a Edicion Él respondiendo, dijo: Porque a vosotros ha sido dado a conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no ha sido dado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él les respondió: 'A vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos; pero a ellos, no. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado el saber los misterios del reino del cielo; mas a ellos no les es dado. |
Los secretos del Se or se dan al que le teme, y, para instruirle, su alianza.
porque Yahveh volcó sobre vosotros un soplo de letargo, que encoló vuestros ojos, profetas, y cubrió vuestras cabezas, videntes.
Toda visión os resultó como palabras de un libro sellado, que lo entregan a quien sabe de letras, diciéndole: 'Lee esto, por favor', y responde: 'No puedo, porque está sellado'.
Habrá all una senda, una v a. V a Sacra se la llamará. No pasará por ella el impuro. Será para ellos cuando estén de camino, los inexpertos no se descarriarán.
Se acercaron a él los disc pulos y le dijeron: '¿Por qué les hablas por medio de parábolas?'.
Jesús le respondió: 'Bienaventurado eres tú, Simón, hijo de Jonás; porque ni la carne ni la sangre te lo ha revelado, sino mi Padre que está en los cielos.
Él les respondió: 'No todos son capaces de aceptar esta doctrina, sino aquellos a quienes se les ha concedido.
Él les replica: 'Cierto; beberéis mi cáliz. Pero sentarse a mi derecha y a mi izquierda no es cosa que yo pueda conceder; eso es para aquellos a quienes se lo ha reservado mi Padre'.
Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa m a el concederlo; eso es para aquellos a quienes está reservado'.
Y él les contestaba: 'A vosotros se os ha concedido el misterio del reino de Dios; pero a ellos, a los de fuera, todo se les dice en parábolas,
Él les contestó: 'A vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de Dios; a los demás, en parábolas, para que: Viendo, no vean; y oyendo, no entiendan.
Y a adió: 'Por eso os he dicho: nadie puede venir a m si el Padre no le concede ese don'.
El que quiera cumplir la voluntad de él conocerá si mi doctrina es de Dios o si yo hablo por mi cuenta.
Una de ellas, por nombre Lidia, traficante en púrpuras, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, nos escuchaba atentamente y el Se or le abrió el corazón para aceptar lo que Pablo dec a.
No quiero, hermanos, para que no presumáis de vosotros mismos, que ignoréis este misterio: que el endurecimiento parcial de Israel se prolongará hasta que entre la totalidad de los gentiles.
Al que puede afianzaros en el evangelio que anuncio y en la proclamación de Jesucristo, según la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos,
Y si tengo el don de profec a y conozco todos los misterios y todo el saber; y tengo tanta fe como para mover monta as, pero no tengo amor, nada soy.
Mirad: os voy a decir un misterio: no todos moriremos, pero todos seremos transformados,
En un plano puramente humano el hombre no capta las cosas del Esp ritu de Dios, porque son para él necedad; y no puede conocerlas, porque sólo pueden ser examinadas con criterios espirituales.
sino un lenguaje de sabidur a misteriosa de Dios, la que estaba oculta y que Dios destinó desde el principio para nuestra gloria;
Que los hombres sólo vean en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
Pues, ¿quién te distingue sobre los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?
para que, iluminados los ojos de [vuestro] corazón, sepáis cuál es la esperanza de su llamada, cuál la riqueza de la gloria de su herencia en el pueblo santo,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según el benévolo designio que se hab a formado de antemano
y también por m, para que Dios ponga su Palabra en mis labios y me conceda anunciar con valent a el misterio del Evangelio,
para que se consuelen sus corazones, caminen unidos en amor y alcancen toda la riqueza de la plenitud de la inteligencia en el profundo conocimiento del misterio de Dios, Cristo,
Sin lugar a dudas, grande es el misterio de la religión: Él ha sido manifestado en carne, justificado en esp ritu, visto por ángeles, proclamado entre gentiles, cre do en el mundo, ascendido en gloria.
Si a alguno de vosotros le falta sabidur a, p dala a Dios, que la da a todos sencillamente y sin echárselo en cara, y se la dará.
Vosotros, en cambio, tenéis unción recibida del Santo, y todos tenéis conocimiento.
En cuanto a vosotros, la unción que de él recibisteis permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os ense e. Y dado que su unción os ense a todas las cosas - y es verdad y no mentira -, permaneced en él tal como él os ha ense ado.