Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza, y tú le acecharás al talón'.
Mateo 10:36 - Biblia Castilian 2003 y los enemigos del hombre son los de su propia casa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y los enemigos del hombre serán los de su casa. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Sus enemigos estarán dentro de su propia casa!” . Biblia Católica (Latinoamericana) Cada cual verá a sus familiares volverse enemigos. La Biblia Textual 3a Edicion y los enemigos del hombre serán los de su casa.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 y los enemigos del hombre son los de su propia casa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los enemigos del hombre serán los de su propia casa. |
Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza, y tú le acecharás al talón'.
Y a adió David a Abisay y a todos sus servidores: 'Si mi hijo, que salió de mis entra as, atenta contra mi vida, ¿cuánto más ahora un benjaminita? Dejadle que me siga maldiciendo, pues se lo manda Yahveh.
'Una cosa maligna se abate sobre él, una vez ya postrado, no volverá a levantarse'.
Si fuera el enemigo el que me ultraja, sabr a soportarlo; si fuese mi adversario el que me oprime, me esconder a de él.
Azuzaré a Egipto contra Egipto, pelearán unos contra otros, éstos contra aquéllos, ciudad contra ciudad, reino contra reino.
S; tus propios hermanos y la casa de tu padre, ellos mismos te son desleales; también ellos te critican a pleno pulmón. No te f es de ellos, aunque te den buenas palabras.
Yo o a el cuchicheo de la gente: ¡Terror en derredor! ¡Denunciadlo! ¡Denunciémoslo! Todos mis amigos están espiando un desliz m o: 'A ver si se deja seducir; le dominaremos y de él nos vengaremos'.
Porque el hijo insulta al padre, la hija se rebela contra la madre, la nuera contra la suegra: los enemigos del hombre son los de su casa.
El hermano entregará a la muerte al hermano y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra sus padres y les darán muerte.
D cele Pedro: 'No me lavarás los pies jamás'. Jesús le contestó: 'Si no te lavo, no tendrás parte conmigo'.
Su hermano mayor, Eliab, lo oyó hablar as con los hombres y se encendió en cólera contra David, diciéndole: '¿Para qué has bajado aqu, y a quién encomendaste el peque o reba o que está en el desierto? Yo conozco tu arrogancia y la malicia de tu corazón: tú has bajado para presenciar el combate'.