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Mateo 1:19 - Biblia Castilian 2003

José, su esposo, que era un hombre recto, no quiso denunciarla sino que determinó repudiarla en privado.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

José, su prometido, era un hombre justo y no quiso avergonzarla en público; por lo tanto, decidió romper el compromiso en privado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y José su marido, que era justo, pero no quería denunciarla, se propuso repudiarla en secreto.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

José, su esposo, que era un hombre recto, no quiso denunciarla sino que determinó repudiarla en privado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y José su marido, como era un hombre justo y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.

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Lòt tradiksyon



Mateo 1:19
15 Referans Kwoze  

Al cabo de unos tres meses avisaron a Judá: 'Tamar, tu nuera, se ha prostituido, e incluso ha quedado encinta a consecuencia de ello'. Contestó Judá: 'Sacadla, y que muera en la hoguera'.


Ésta es la historia de Noé. Fue Noé varón justo y perfecto entre los de su generación: Noé caminaba con Dios.


Si un hombre se acuesta con una mujer que es esclava reservada a otro hombre y todav a no rescatada ni manumitida se le castigará, pero no será condenado a muerte, pues ella no era libre.


Si un hombre comete adulterio con la mujer de otro, ambos adúlteros morirán sin remisión.


Ellos contestaron: 'Moisés permitió redactar el certificado de divorcio para despedirla'.


porque Herodes sent a respeto por Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y procuraba resguardarlo; cuando lo o a, quedaba muy perplejo, aunque lo escuchaba con gusto.


Viv a por entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era realmente recto y piadoso; esperaba el consuelo de Israel y el Esp ritu Santo resid a en él.


Ellos dijeron: 'El centurión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, muy bien considerado por todo el pueblo de los jud os, recibió de un ángel santo la orden de conducirte a su casa y de escuchar tus palabras'.


Cuando, por fin, se hizo de d a, no reconoc an la tierra; pero divisaron una ensenada que ten a playa, en la cual decidieron encallar la nave, si pod an.


Con esta confianza me hab a propuesto ir primeramente a vosotros, para que tuvierais una doble alegr a:


Pero si la acusación fue verdadera y no se hallaron en la joven las se ales de virginidad,