Al acecho del justo está el imp o, Sade buscando cómo pueda darle muerte;
Marcos 3:2 - Biblia Castilian 2003 y estaban espiando a Jesús a ver si lo curaba en sábado, para poder acusarlo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle. Biblia Nueva Traducción Viviente Como era el día de descanso, los enemigos de Jesús lo vigilaban de cerca. Si sanaba la mano del hombre, tenían pensado acusarlo por trabajar en el día de descanso. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero algunos estaban observando para ver si lo sanaba Jesús en día sábado. Con esto tendrían motivo para acusarlo. La Biblia Textual 3a Edicion Y lo observaban, por si lo sanaría° en sábado, para que lo acusaran.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 y estaban espiando a Jesús a ver si lo curaba en sábado, para poder acusarlo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le acechaban, si en sábado le sanaría, para poder acusarle. |
Al acecho del justo está el imp o, Sade buscando cómo pueda darle muerte;
Yo o a el cuchicheo de la gente: ¡Terror en derredor! ¡Denunciadlo! ¡Denunciémoslo! Todos mis amigos están espiando un desliz m o: 'A ver si se deja seducir; le dominaremos y de él nos vengaremos'.
Pues bien, como Daniel sobresal a entre los inspectores y los sátrapas, porque pose a un esp ritu extraordinario, el rey pensó ponerlo al frente de todo el reino.
Hab a un hombre que ten a una mano seca; y para poder acusar a Jesús, le preguntaron: '¿Es l cito curar en sábado?'
Un sábado entró a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos; y éstos lo estaban acechando.
Luego ellos se pusieron a acecharlo y le enviaron esp as que fingieran ser hombres virtuosos, para sorprenderlo en alguna palabra, con el fin de entregarlo al poder y autoridad del procurador.
Los escribas y los fariseos lo espiaban a ver si lo curaba en sábado, para encontrar de qué acusarlo.
Dec an esto para tenderle un lazo, con el fin de tener de qué acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escrib a en el suelo con el dedo.
Algunos fariseos dec an: 'Este hombre no viene de parte de Dios, pues no guarda el sábado'. Pero otros replicaban: '¿Cómo puede un pecador realizar se ales como éstas?'. Y hab a división entre ellos.