Iban diciéndose entre ellas mismas: '¿Quién nos rodará la piedra de la puerta del sepulcro?'.
Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?
En el camino, se preguntaban unas a otras: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada de la tumba?»;
¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?
y se decían unas a otras: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?
Y decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la puerta del sepulcro?
Y muy de ma ana, en el primer d a de la semana, van al sepulcro, apenas salido el sol.
Pero, levantando la vista, ven que la piedra, que era muy grande, estaba ya retirada.
El primer d a de la semana, muy de ma ana, cuando todav a estaba oscuro, Mar a Magdalena va al sepulcro y ve quitada de él la losa.