Mandó después José a sus servidores médicos que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel.
Marcos 16:1 - Biblia Castilian 2003 Pasado ya el sábado, Mar a Magdalena, Mar a, la madre de Santiago, y Salomé compraron sustancias aromáticas para ir a ungirlo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Biblia Nueva Traducción Viviente El sábado al atardecer, cuando terminó el día de descanso, María Magdalena, Salomé y María, la madre de Santiago, fueron a comprar especias para el entierro, a fin de ungir el cuerpo de Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé, compraron aromas para embalsamar el cuerpo. La Biblia Textual 3a Edicion Pasado el sábado, Miriam de Magdala, Miriam, la de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir° a ungirlo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pasado ya el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron sustancias aromáticas para ir a ungirlo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando hubo pasado el sábado, María Magdalena, y María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para venir a ungirle. |
Mandó después José a sus servidores médicos que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel.
Fue sepultado en el sepulcro que para s hab a excavado en la Ciudad de David. Lo pusieron en un lecho lleno de bálsamos y aromas, preparados según el arte de la perfumer a. Y en su honor encendieron una hoguera extraordinariamente grande.
Hallándose él en Betania, en casa de Simón el leproso, mientras estaba a la mesa, vino una mujer con un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo auténtico muy caro; rompió el frasco y le derramó el perfume sobre la cabeza.
Ella ha hecho lo que ha podido: se ha adelantado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
Hab a además unas mujeres que miraban desde lejos, entre las cuales estaban también Mar a Magdalena, Mar a, la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé,
Mar a Magdalena y Mar a, la madre de José, estaban mirando dónde lo pon an.
Y muy de ma ana, en el primer d a de la semana, van al sepulcro, apenas salido el sol.
Ellas salieron huyendo del sepulcro, porque estaban sobrecogidas de temor y espanto. Y nada dijeron a nadie, porque ten an mucho miedo. [
Luego regresaron para preparar sustancias aromáticas y perfumes. Pero guardaron el descanso del sábado según la ley.
El primer d a de la semana, muy de madrugada, fueron ellas al sepulcro, llevando las sustancias aromáticas que hab an preparado.
Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, Mar a, la de Cleofás, y Mar a Magdalena.
Entonces los jud os, como era la parasceve, para que los cuerpos no quedaran en la cruz el sábado - pues aquel sábado era d a de gran solemnidad -, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.