Por consiguiente, lo que Dios unió, no lo separe el hombre'.
Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
que nadie separe lo que Dios ha unido.
Pues bien, lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe.
Por tanto, no separe el hombre lo que Dios unció en un mismo yugo.
Por tanto, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.
Ya en casa, nuevamente los disc pulos le preguntaban sobre lo mismo.
y vienen a ser los dos una sola carne; de manera que ya no son dos, sino una sola carne.