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Marcos 1:22 - Biblia Castilian 2003

Y se quedaban atónitos de su manera de ense ar, porque les ense aba como quien tiene autoridad y no como los escribas.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La gente quedó asombrada de su enseñanza, porque lo hacía con verdadera autoridad, algo completamente diferente de lo que hacían los maestros de la ley religiosa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Su manera de enseñar impresionaba mucho a la gente, porque hablaba como quien tiene autoridad, y no como los maestros de la Ley.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y se asombraban de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y se quedaban atónitos de su manera de enseñar, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

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Lòt tradiksyon



Marcos 1:22
14 Referans Kwoze  

¿No es como fuego mi palabra - oráculo de Yahveh -, y como martillo que tritura la piedra?


Y, llegado a su tierra, les ense aba en la sinagoga, de modo que se quedaron sorprendidos y dec an: '¿Pero de dónde le vienen a éste esa sabidur a y esos milagros?


Hab a justamente en aquella sinagoga un hombre pose do de un esp ritu impuro que comenzó a gritar:


Todos los que lo o an se quedaban asombrados de su talento y de sus respuestas.


porque yo os daré un lenguaje y una sabidur a que no podrán resistir ni contradecir ninguno de vuestros adversarios.


y se quedaban atónitos de su manera de ense ar, porque su palabra estaba revestida de autoridad.


Los guardias respondieron: 'Jamás hombre alguno habló como habla éste'.


pero no eran capaces de hacer frente a la sabidur a y al esp ritu con que hablaba.


Al contrario, hemos renunciado a los encubrimientos vergonzantes y no procedemos con astucia ni falseamos la palabra de Dios, sino que, por el contrario, mediante la manifestación de la verdad nos recomendamos a nosotros mismos ante toda conciencia humana en la presencia de Dios.