Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.
Lucas 8:6 - Biblia Castilian 2003 Otro poco cayó sobre la piedra; y, después de nacido, se secó, por no tener humedad. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Biblia Nueva Traducción Viviente Otras cayeron entre las rocas. Comenzaron a crecer, pero la planta pronto se marchitó y murió por falta de humedad. Biblia Católica (Latinoamericana) Otra parte cayó sobre rocas; brotó, pero luego se secó por falta de humedad. La Biblia Textual 3a Edicion Otra cayó sobre terreno pedregoso,° y habiendo brotado, se secó° por no tener humedad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Otro poco cayó sobre la piedra; y, después de nacido, se secó, por no tener humedad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y otra parte cayó sobre la roca; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. |
Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.
Les daré un solo corazón e infundiré en ellos un esp ritu nuevo; quitaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,
Os daré un corazón nuevo y pondré en vuestro interior un esp ritu nuevo; quitaré de vuestro cuerpo el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
¿Galopan los caballos por la roca o se ara con bueyes el mar? Pues vosotros cambiáis el derecho en veneno, y el fruto de la justicia en ajenjo.
Los de sobre la piedra son los que, al o r, reciben con alegr a la palabra, pero no tienen ra z; creen por algún tiempo, pero en el momento de la tentación retroceden.
'Salió el sembrador a sembrar su semilla. Y según iba sembrando, parte de la semilla cayó al borde del camino; fue pisoteada, y los pájaros del cielo se la comieron.
Otro poco cayó en medio de las zarzas; y cuando las zarzas crecieron juntamente, lo ahogaron.
Cuando la Escritura dice: Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la rebelión,