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Lucas 8:49 - Biblia Castilian 2003

Todav a estaba él hablando, cuando llega uno de casa del jefe de la sinagoga para avisar a éste: 'Ya ha muerto tu hija; no molestes más al maestro'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras él todavía hablaba con ella, llegó un mensajero de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga, y le dijo: «Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Estaba aún Jesús hablando, cuando alguien vino a decir al dirigente de la sinagoga: 'Tu hija ha muerto; no tienes por qué molestar más al Maestro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Estando Él aún hablando, aparece uno de la casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Todavía estaba él hablando, cuando llega uno de casa del jefe de la sinagoga para avisar a éste: 'Ya ha muerto tu hija; no molestes más al maestro'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Hablando aún Él, vino uno del príncipe de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto, no molestes al Maestro.

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Lòt tradiksyon



Lucas 8:49
9 Referans Kwoze  

Respondió Ajaz: 'No la pediré y as no tentaré a Yahveh'.


Pero cuando Jesús se dio cuenta de ello, les dijo: '¿Por qué molestáis a esta mujer? Ha hecho en mi favor una buena obra.


Mientras les estaba diciendo estas cosas, se le acercó un dignatario, se postró ante él y le dijo. 'Mi hija acaba de morir; pero ven, pon tu mano sobre ella y vivirá'.


Entonces viene uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo y, al verlo, se echa a sus pies


y que el otro desde dentro le responde: 'No me molestes; ya la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos en la cama; no puedo levantarme para dártelos'.


Entonces Jesús se fue con ellos. Pero, cuando estaba ya cerca de la casa, el centurión le mandó unos amigos para decirle: 'Se or, no te molestes; porque yo no soy digno de que entres bajo mi techo;