Lucas 8:38 - Biblia Castilian 2003 El hombre de quien hab an salido los demonios le rogaba que le permitiera acompa arlo; pero él lo despidió, diciéndole: Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: Biblia Nueva Traducción Viviente El hombre que había sido liberado de los demonios le suplicaba que le permitiera acompañarlo. Pero Jesús lo envió a su casa diciéndole: Biblia Católica (Latinoamericana) el hombre del que habían salido los demonios le rogaba que lo admitiera en su compañía. Pero Jesús lo despidió diciéndole: La Biblia Textual 3a Edicion Y el varón de quien habían salido los demonios le rogaba estar con Él; pero le respondió, diciendo: Biblia Serafín de Ausejo 1975 El hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le permitiera acompañarlo; pero él lo despidió, diciéndole: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aquel hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le permitiese estar con Él; mas Jesús le despidió, diciendo: |
Ah Se or, que soy tu siervo, soy tu siervo, nacido de tu esclava, al que tú has desatado las cadenas.
Una cosa yo pido del Se or, una cosa suplico: habitar en la casa del Se or, todos los d as de mi vida, para contemplar la belleza del Se or al visitar su templo.
Tú eres mi refugio: me libras del pesar y me ci es del gozo del rescate. Selah
Su fama se extendió por toda Siria. Le tra an a todos los que se sent an mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paral ticos; y él los curaba.
Cuando vio a Jesús, se echó a sus pies y dijo a grandes gritos: '¿Qué tienes tú que ver conmigo, Jesús, Hijo del Dios Alt simo? Por favor, te ruego que no me atormentes'.
Entonces toda la multitud de la región de los gerasenos le pidió a Jesús que se alejara de ellos; pues estaban dominados por un miedo enorme. Entró, pues, en una barca y se volvió.
'Vuelve a tu casa, y refiere todo lo que Dios ha hecho contigo'. El hombre se fue y pregonaba por toda la ciudad lo que Jesús hab a hecho con él.
Me encuentro en esta disyuntiva: por una parte, aspiro a irme y estar con Cristo, lo que, sin duda, ser a lo mejor;