¿O crees tú que no puedo acudir a mi Padre, que inmediatamente me enviar a más de doce legiones de ángeles?
Lucas 8:30 - Biblia Castilian 2003 Jesús le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?'. Él contestó: 'Legión'. Porque eran muchos los demonios que hab an entrado en él. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? —Legión —contestó, porque estaba lleno de muchos demonios. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?' Y él contestó: 'Multitud. Porque muchos demonios habían entrado en él;' La Biblia Textual 3a Edicion Jesús le preguntó:° ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión (porque habían entrado° muchos demonios en él). Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jesús le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?'. Él contestó: 'Legión'. Porque eran muchos los demonios que habían entrado en él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jesús le preguntó, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. |
¿O crees tú que no puedo acudir a mi Padre, que inmediatamente me enviar a más de doce legiones de ángeles?
Su fama se extendió por toda Siria. Le tra an a todos los que se sent an mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paral ticos; y él los curaba.
Y se pusieron a gritar: '¿Qué tienes tú que ver con nosotros, Hijo de Dios? ¿Viniste antes de tiempo para atormentarnos?'.
Habiendo resucitado al amanecer, en el primer d a de la semana, se apareció primeramente a Mar a Magdalena, de la que hab a arrojado siete demonios.
Y le preguntaba: '¿Cuál es tu nombre?'. Él le contesta: ' Legión es mi nombre, porque somos muchos';
y algunas mujeres que hab an sido curadas de esp ritus malignos y de enfermedades: Mar a, llamada Magdalena, de la cual hab an salido siete demonios;
Es que Jesús estaba mandando al esp ritu impuro que saliera de aquel hombre. Porque en muchas ocasiones lo forzaba de tal manera que, aunque lo ataban con cadenas y le pon an grillos en los pies para tenerlo sujeto, él romp a las ataduras, y el demonio lo empujaba hacia lugares desiertos.