hirviente como el agua: no tendrás la primac a, porque subiste al lecho de tu padre; profanaste mi tálamo.
Lucas 7:24 - Biblia Castilian 2003 Cuando los enviados de Juan se fueron, comenzó él a hablar de Juan a la gente: '¿Qué salisteis a ver al desierto: una ca a agitada por el viento? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? Biblia Nueva Traducción Viviente Después de que los discípulos de Juan se fueron, Jesús comenzó a hablar acerca de él a las multitudes. «¿A qué clase de hombre fueron a ver al desierto? ¿Acaso era una caña débil sacudida por la más leve brisa? Biblia Católica (Latinoamericana) Los mensajeros se fueron, y Jesús empezó a hablar de Juan a la gente: 'Cuando ustedes salieron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento?' La Biblia Textual 3a Edicion Cuando los mensajeros de Juan se marcharon, comenzó a decir a las multitudes acerca de Juan: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando los enviados de Juan se fueron, comenzó él a hablar de Juan a la gente: '¿Qué salisteis a ver al desierto: una caña agitada por el viento? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a las gentes: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña que es agitada por el viento? |
hirviente como el agua: no tendrás la primac a, porque subiste al lecho de tu padre; profanaste mi tálamo.
El ni o crec a y su esp ritu se fortalec a; y moraba en lugares despoblados hasta el momento de manifestarse ante Israel.
bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, le llegó a Juan, hijo de Zacar as, que estaba en el desierto, la palabra de Dios.
Si no, ¿qué salisteis a ver: un hombre vestido con ropajes refinados? Bien sabéis que los que visten suntuosamente y viven con lujo habitan en los palacios reales.
Respondió: 'Yo soy Voz del que clama: en el desierto trazad recto el camino del Se or, como dijo el profeta Isa as'.
para que ya no seamos ni os, sacudidos por las olas y llevados de acá para allá por todo viento de doctrina, a merced de las trampas de los hombres y de la astucia que urde las artima as del error,
Éstos tales son fuentes sin agua, niebla empujada por el huracán. Para ellos está reservada la oscuridad de las tinieblas.
Vosotros, pues, queridos hermanos, que lo sabéis de antemano, guardaos; no sea que, arrastrados por el error de hombres sin ley, caigáis de vuestra propia firmeza.