Cayó Abrahán rostro en tierra y rompió a re r, pensando para s: '¿A un hombre de cien a os le va a nacer un hijo? ¿Dará a luz Sara a los noventa a os?'.
Lucas 6:21 - Biblia Castilian 2003 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Biblia Nueva Traducción Viviente Dios los bendice a ustedes, que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dios los bendice a ustedes, que ahora lloran, porque a su debido tiempo reirán. Biblia Católica (Latinoamericana) Felices ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios.
Felices ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados.
Felices ustedes los que lloran, porque reirán. La Biblia Textual 3a Edicion Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. |
Cayó Abrahán rostro en tierra y rompió a re r, pensando para s: '¿A un hombre de cien a os le va a nacer un hijo? ¿Dará a luz Sara a los noventa a os?'.
Dijo Sara: 'Es de risa lo que me ha hecho Dios; todo el que se entere se reirá a cuenta m a'.
Yo tiendo hacia ti mis manos: como tierra extenuada, as va hacia ti mi alma.
Por mi parte, en rectitud, podré ver tu presencia y, al despertar, saciarme con tu vista.
El Se or es mi fortaleza, él mi escudo, en él espero y él me ayuda: mi corazón se regocija y con mi canto le doy gracias.
Yahveh Sebaot dará para todos los pueblos en este monte un banquete de manjares suculentos, un fest n de vinos generosos: manjares sabrosos, enjundiosos; vinos exquisitos, depurados.
Y tú, pueblo m o, que estás en Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más; porque tendrá piedad de ti cuando escuche tu gemido, apenas lo oiga, te responderá.
Alegraos con Jerusalén y exultad por ella, todos los que la amáis; alegraos por ella, gozosos, todos los que por ella hicisteis duelo;
Si no escucháis esto, llorará en secreto mi alma ante tal orgullo, se deshará en lágrimas; derramarán lágrimas mis ojos, porque es llevada cautiva la grey de Yahveh.
Vienen con llanto y los gu o con alivio; los llevo a torrentes de agua, por camino recto, donde no tropiecen, porque soy para Israel un padre y Efra n es mi primogénito'.
¡Quién me diera en el desierto un albergue de caminantes! Abandonar a a mi pueblo, me marchar a de su lado, pues todos son adúlteros, una banda de traidores.
Los supervivientes huirán, vagarán por los montes, como las palomas de los valles, gimiendo todos ellos por su iniquidad.
Y Yahveh le dijo: 'Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén y traza una cruz en las frentes de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que en ella se cometen'.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
a los hambrientos les colmó de bienes, y despidió a los ricos con las manos vac as.
Y él, levantando los ojos hacia sus disc pulos, dijo: 'Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien y cuando os excluyan, os insulten y proscriban vuestro nombre como maldito por causa del Hijo del hombre.
¡Ay de vosotros, los que ahora estáis repletos, porque tendréis hambre! ¡Ay de los que ahora re s, porque gemiréis y lloraréis!
Jesús le respondió: 'Si conocieras el don de Dios: quién es el que te dice 'dame de beber', ser as tú la que le habr as pedido y él te habr a dado agua viva'.
Jesús les contestó: 'Yo soy el pan de la vida. El que viene a m jamás tendrá hambre; el que cree en m jamás tendrá sed'.
Hasta el momento presente pasamos hambre y sed y desnudez, recibimos bofetadas y andamos errantes sin hogar.
en trabajo y agotamiento; sin poder muchas veces dormir; en hambre y sed; con frecuencia, sin poder comer; en fr o y desnudez.
Por eso me complazco, por amor de Cristo, en flaquezas, insultos, necesidades, persecuciones y angustias; porque cuando me siento débil, entonces soy fuerte.
como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como quienes nada tienen, pero todo lo poseen.
Bienaventurado el que soporta la prueba; porque, una vez probado, recibirá la corona de la vida que Dios prometió a los que lo aman.
O una gran voz que proced a del trono, la cual dec a: 'Aqu está la morada de Dios con los hombres. Morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos.
No tendrán ya más hambre ni tendrán ya más sed: ni caerá sobre ellos el bochorno ni el sol.