El temor de Yahveh es lección de sabidur a, la humildad precede a la gloria.
Lucas 5:15 - Biblia Castilian 2003 Pero su fama se extend a cada d a más, y numerosas multitudes acud an para o rlo y para ser curadas de sus enfermedades. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, a pesar de las instrucciones de Jesús, la noticia de su poder corrió aún más, y grandes multitudes llegaron para escucharlo predicar y ser sanados de sus enfermedades. Biblia Católica (Latinoamericana) La fama de Jesús crecía más y más, a tal punto que multitudes acudían para oírle y ser curados de sus enfermedades. La Biblia Textual 3a Edicion Pero su fama° se difundía más y más, y grandes multitudes concurrían para oírlo y ser sanadas de sus enfermedades. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero su fama se extendía cada día más, y numerosas multitudes acudían para oírlo y para ser curadas de sus enfermedades. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero su fama mucho más se extendía, y grandes multitudes se reunían para oírle y ser sanados por Él de sus enfermedades. |
El temor de Yahveh es lección de sabidur a, la humildad precede a la gloria.
Y por todas partes se extendió rápidamente su fama a todos los confines de Galilea.
Pero él, apenas salió comenzó a pregonar a voces y a divulgar lo ocurrido, de manera que Jesús ya no pod a presentarse en ciudad alguna, sino que se quedaba en las afueras, en lugares despoblados; y aun as acud an a él de todas partes.
Jesús con sus disc pulos se retiró a la orilla del mar. Grandes multitudes de Galilea lo siguieron. También acudieron a él, al o r las cosas que hac a, una gran muchedumbre de Judea,
Y mientras la multitud segu a aumentando por millares, hasta el punto de atropellarse unos a otros, primero comenzó a decir a sus disc pulos: 'Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocres a.
Le segu a una gran multitud, porque ve an las se ales que realizaba con los enfermos.
Lo mismo pasa con las obras: las buenas están al descubierto; las que no lo son no pueden quedar ocultas.